Yolanda Díaz se niega a hablar con unos riders que protestaban por su nueva ley
La ministra de Trabajo y del talante no quiso mediar palabra con un grupo de afectados que se manifestaban a las puertas del Congreso reivindicando su derecho a ser autónomos y a trabajar.
Tiene fama de dialogante pero este jueves Yolanda Díaz no quiso dialogar. Ni escuchar. La vicepresidenta tercera, la primera ministra de Trabajo que ha encabezado una manifestación del 1 de mayo, no salió a hablar con los decenas de riders que le esperaban a las puertas del Congreso.
Dentro se debatía la convalidación del real decreto ley aprobado por el Ejecutivo para obligar a las empresas como Amazon, Globo y Deliveroo, entre otras, a contratar a sus trabajadores. Con la oposición del PP, Vox y Ciudadanos (aun así salió adelante con el voto de ambos socios de gobierno y ERC, PNV, Bildu, Junts y Más País).
Fuera, decenas de trabajadores de estas plataformas contrarios a la nueva norma pedían a gritos la dimisión de Díaz y coreaban consignas como "sí soy autónomo" y "queremos trabajar".
Durante el debate, el portavoz de Vox, Juan José Aizcorbe, invitó a la titular de Trabajo a que al término del mismo le acompañara a la calle para hablar con algunos de los afectados. Al tiempo que puso su despacho de abogados a disposición de la familia de Néstor Alexander, el abogado venezolano que perdió la vida en un accidente de moto en Madrid cuando repartía comida, que era así como se ganaba la vida en España.
La líder in pectore de Unidas Podemos miró a Aizcorbe pero no respondió más que con movimientos de cabeza, y no salió. No se movió de su escaño. En su defensa salió la diputada del PSOE Mercé Perea, quien afirmó que votar en contra de la ley rider "es ser cómplice de la precariedad, de la pobreza y del esclavismo".
Sí salieron a la calle, por contra, varios diputados de Vox encabezados por Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona, quien allí mismo anunció que presentarán un recurso de inconstitucionalidad contra el real decreto ley, que será tramitado como proyecto de ley en la Cámara Baja (de forma que los grupos podrán presentar enmiendas al texto).
Estando en la Carrera de San Jerónimo, al portavoz de Vox en el Congreso se le acercó una pareja de venezolanos que le contó que habían salido de Venezuela huyendo del comunismo para acabar "sufriendo" el comunismo también en España, según pudo constatar ESdiario.
La ministra del talante frente a la dureza de Pablo Iglesias -eso dicen y escriben de ella- esta vez no quiso escuchar lo que tenían que decirle.