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Reproches entre Redondo y Exteriores por el pinchazo de Sánchez con Biden

Las culpas se dirigen al omnipresente jefe de Gabinete del presidente, que días atrás presumió de haber hecho posible el encuentro menospreciando al equipo de González Laya.

Pedro Sánchez y Joe Biden.

Publicado por
Laura Moro

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Pedro Sánchez en sala de prensa primero y La Moncloa después -con un comunicado de cuatro páginas- intentaron barrer bajo la alfombra al fiasco del encuentro exprés entre éste y Joe Biden. Que, no obstante, dio para mucho, según la versión del español.

Fiasco que, además de objeto de todo tipo de burlas, pasó a convertirse en un asunto político de primer orden. "Sánchez nos ha hundido en la irrelevancia internacional. Devolveremos a España al lugar que se merece", señaló al respecto Pablo Casado.

Redondo vs González Laya

Muchas miradas inquisitorias se dirigieron inmediatamente al jefe de Gabinete de Sánchez, el omnipresente Iván Redondo. Especialmente las de Arancha González Laya, presente en la cumbre de la OTAN en Bruselas, y su equipo en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Fue Redondo el que la semana pasada vendió a bombo y platillo el que iba a ser el primer encuentro entre ambos mandatarios después de que el norteamericano no hubiera encontrado un solo hueco en su agenda para telefonear al español en seis meses.

Pero es más. Redondo hizo correr la voz de que habían sido sus gestiones con el jefe de Gabinete de Biden, Ron Klain, las que habían propiciado la cita. En concreto, una "larga e intensa" conversación que ambos mantuvieron el lunes de la semana pasada.

Esa versión no gustó nada en Exteriores porque borraba por completo de la ecuación las labores de la diplomacia española, últimamente no precisamente sobrada de éxitos y méritos tras la crisis con Marruecos.

Cuando, de hecho, hasta la semana pasada el primer contacto bilateral entre ambos gobiernos había sido el que se produjo el 16 de febrero por teléfono entre la ministra de Asuntos Exteriores y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. Ambos volvieron a hablar el pasado jueves, una vez que se confirmó la cita en el marco de la OTAN, supuestamente para prepararla.

No obstante, desde el Gabinete de Sánchez deslizan que precisamente en esa conversación entre González Laya y Blinken la ministra tendría que haber rematado lo que Redondo empezó y no lo hizo, a la vista está. En resumen: nadie quería asumir el pinchazo.

Desde el equipo de éste insistieron este lunes en que "ambos -él y Biden- querían saludarse, conocerse personalmente y establecer un primer contacto". Y que así lo habían pactado sus respectivos equipos. Como también el hecho de que las cámaras captaran esos momentos "como prueba de la excelente relación que existe entre ambos países".

Aunque en la Casa Blanca dieron tan poca importancia al fugaz paseo de ambos que no lo incluyeron en su información a la prensa de balance de la jornada. Como sí figuraba la entrevista de Biden con los presidentes de Polonia, Estonia, Letonia y Lituania.

El consuelo, que no es poco

Lo cierto es que, a su enfrentamiento encarnizado con Carmen Calvo, Iván Redondo va sumando nuevos enemigos, o cuanto menos detractores, a su lista. Y podría haber sido peor de no ser porque finalmente este lunes se conoció que España será la anfitriona de la cumbre de la OTAN en 2022, concretamente Madrid.

A media tarde la Secretaría de Estado de Comunicación envió una nota de prensa de cuatro páginas felicitándose por la decisión y anunciando que Sánchez llevará a ese cónclave del año próximo "un nuevo Concepto Estratégico que nos sirva de guía en los años venideros". Sin especificar qué es eso.

La Moncloa también destacó las conversaciones del presidente con los presidentes del Reino Unido, Turquía y Canadá, Boris Johnson, Recep Tayyip Erdogan y Justin Trudeau para mitigar el tropiezo con Estados Unidos.