Sánchez no soporta a Garzón y ya no lo disimula: "La ojeriza es evidente"
El presidente ha sido inmisericorde. Pocas veces se recuerda una desautorización tan contundente como chulesca. El episodio del chuletón ha dejado marca en el rostro del ministro de Consumo.
Alberto Garzón.
Chuletón. Como el que le ha pegado Pedro Sánchez a su ministro Alberto Garzón a cuenta de la brecha que había abierto el ministro de Consumo con el sector cárnico.
El presidente ha sido inmisericorde. Pocas veces se recuerda una desautorización tan contundente como chulesca. Verse todos los martes sentados en el Consejo de Ministros en La Moncloa no ha servido para entablar relaciones de confraternidad. Al revés, las dos patas del Gobierno, la socialista y la morada, se odian “cordialmente”.
Contra Garzón, según cuentan cercanos al presidente, “la ojeriza es aún más evidente” que con otros ministros de la facción coaligada del PSOE. El desprecio en esta ocasión ha sido máximo, se diría que hasta cruel.
Dimitir no va a dimitir el ministro “florero” de Consumo, nunca se verá en otra igual. Pero, al menos, hasta que llegue su hora, dado que le pagamos todos por ejercer un cargo sin competencias, debería pedírsele que no moleste y perjudique actividades y sectores productivos claves en un momento de crisis económica como el que se vive en España.
Porque el sector de la carne, aunque le rechine al oscuro Garzón, representa el 2,32% de nuestro PIB y genera 100.000 empleos.