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Sánchez opera a corazón abierto a su Gobierno para sobrevivir a su peor crisis

Las salidas de Carmen Calvo e Iván Redondo prueban que está dispuesto a dejar caer a quien sea cuando lo que está en juego es su propia vida política. Nadia Calviño sale reforzada.

Carmen Calvo deja su puesto en la vicepresidencia del Gobierno. Calviño y Díaz avanzarán en sus puestos junto al presidente Sánchez

Publicado por
Ana Martín

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A grandes males, grandes remedios. Pedro Sánchez ha decidido aplicarse a sí mismo y a su Gobierno el viejo refrán para intentar reponerse de la crisis política y de credibilidad que le atenaza. Crisis acentuada por la derrota sin paliativos del PSOE en las elecciones madrileñas y la huida hacia adelante de los indultos. Cuando ya muchos daban por hecho que el presidente pospondría la anunciada remodelación de su Gobierno hasta después del verano, él ha sorprendido a propios y extraños con la que supone no una operación estética; sino más bien una a corazón abierto de su Ejecutivo. Pero solo de la parte socialista.

Sánchez ha metido el bisturí hasta lo más profundo, inmisericorde. Salen Carmen Calvo, José Luis Ábalos, Juan Carlos Campo, Arancha González Laya, Pedro Duque, Isabel Celáa y José Manuel Rodríguez Uribes. Además del asesor áulico de Sánchez, Iván Redondo. Miquel Iceta, por su parte, cambia Política Territorial por una cartera con mucho menor peso, la de Cultura y Deportes. Y María Jesús Montero deja de ser la portavoz.

Nadia Calviño asciende a vicepresidenta primera para seguir haciendo de contrapeso a Yolanda Díaz y sobreviven Fernando Grande-Marlaska en Interior y Margarita Robles en Defensa.

El shock en el Gobierno y en el PSOE es total. Las salidas de Carmen Calvo y de Iván Redondo, dos puntales del Ejecutivo, resumen la escabechina. Se especulaba con la marcha de la vicepresidenta primera, pero lo que no estaba en ninguna quiniela era la de su todopoderoso jefe de Gabinete.

Enfrentados ambos entre sí, Sánchez no ha querido dejar a ninguno de los dos vivos en lo que podría haberse interpretado como la victoria del uno sobre la otra. Ello da muestra, además, de que el presidente está dispuesto a dejar por el camino a quien haga falta -Calvo le ayudó a ganar las primarias y Redondo la moción de censura que le llevó a La Moncloa- cuando lo que está en juego es su propia supervivencia. Que de eso se trata.

Redondo pierde y gana el hasta ahora secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, que será ministro de la Presidencia. Y el nuevo jefe de Gabinete será Óscar López, presidente de Paradores Nacionales y quien fuera secretario de Organización del PSOE entre 2012 y 2014. Con ambos, hombres de partido, Sánchez tiende puentes entre Moncloa y Ferraz, cada vez más distanciadas, y da mayor peso al partido en la estrategia del Gobierno.

El lugar de Calvo lo ocupará la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que pasa de la segunda a la primera Vicepresidencia. Con ello el jefe del Ejecutivo pretende demostrar que tras la pandemia su objetivo será la recuperación económica.

Por su parte, Yolanda Díaz ocupará la Vicepresidencia segunda y Teresa Ribera la tercera. Los ministerios de Unidas Podemos no han sufrido cambio alguno. Ya fue bastante cambio la marcha de Pablo Iglesias hace apenas cuatro meses.

Hay nueva portavoz en La Moncloa. Se trata de Isabel Rodríguez, la alcaldesa de Puertollano, que a su vez ocupará el Ministerio de Política Territorial. Una cara de refresco que nadie esperaba.

Los ministerios de Unidas Podemos no han sufrido cambio alguno. Ya fue bastante cambio la marcha de Pablo Iglesias hace apenas cuatro meses

Abandona también el Consejo de Ministros José Luis Ábalos, el máximo responsable de la frustrada moción de censura en Murcia que desencadenó las elecciones en la Comunidad de Madrid y el hundimiento de Ciudadanos. Entra en su lugar la alcaldesa de Gavà, Raquel Sánchez.

Las caídas de Campo, Laya y Celáa

La salida del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, también ha caído como un bombazo. Fue él el brazo ejecutor de los indultos a los cabecillas del procés, el hombre que fabricó la coartada legal para que Sánchez pudiera iniciar la que él llama "operación reencuentro" en Cataluña. Le sustituirá la hasta ahora presidenta del Senado, Pilar Llop.

Con este movimiento el presidente pretende cargar sobre las espaldas la responsabilidad de los indultos, purgar sus pecados en la persona de un ministro que no hizo sino cumplir órdenes directas suyas.

Menos sorprendente ha sido el finiquito de la ministra de Asuntos Exteriores, fuertemente cuestionada en la reciente crisis con Marruecos. Sustituirá a González Laya el embajador en París, José Manuel Albares, en cuya visión diplomática Sánchez tiene mucha confianza.

El presidente le enseña también la puerta de salida a Celaá meses después de la aprobación de la nueva Ley de Educación. Entra en su lugar la delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría. Duque, por su parte, será relevado por la alcaldesa de Gandía, Diana Morant.

No se recuerda una crisis de Gobierno de semejante envergadura para salvar a un presidente en crisis.