Yolanda Díaz desprecia el ascenso de Calviño y fija su objetivo en Bolaños
Los cambios en el Gobierno ha supuesto un refrendo de las políticas de Calviño, la piedra en el zapato de la titular de Trabajo, por ello prefiere minimizar su importancia.
cree que el ascenso de como vicepresidenta primera "no cambia nada". La titular de Trabajo piensa seguir adelante con sus reformas, pese a la oposición del ala socialista del Gobierno, que sigue controlando el área económica y que con la renovación impulsada por Sánchez ha ganado peso. Por ello ha fijado el objetivo en otro estrenado ministro, Félix Bolaños."¿Hay que poner por las nubes a la señora Calviño? Sí. Pero mi opinión es que no cambia nada en absoluto. El mensaje que ha dado claro (Pedro Sánchez) es que ha puesto a Félix Bolaños donde lo ha puesto", ha añadido en una entrevista en TVE.
Esa es la principal conclusión que saca Díaz de la mayor crisis de Gobierno de la historia reciente. Nada cambia, salvo que Bolaños será el hombre con el que tendrá que lidiar para imponer una agenda que Calviño ya ha negado por activa y por pasiva.No en vano, él, en la sombra, fue uno de los artífices del Gobierno de coalición. Se encargó junto a María Jesús Montero de negociar con Echenique y Belarra los flecos del pacto y ahora como ministro de Presidencia se encargará de la coordinación ministerial y por tanto intentar solventar las diferencias entre morados y socialistas.
El SMI y la reforma laboral, sobre la mesa
De hecho, Díaz es consciente de que en el área económica del Gobierno seguirá habiendo discrepancias, por ejemplo respecto al salario mínimo interprofesional (SMI) que los socialistas no quieren subir y ella sí.Por ello, insiste en presionar asegurando que "no es creíble que sea un Gobierno de la recuperación si no mejoramos las condiciones salariales de los más débiles. Es muy difícil de justificar esto. Hablamos de 1,5 millones de trabajadores que no tienen convenio colectivo", ha denunciado.Sobre la mesa también sigue la reforma laboral, una modificación del mercado de trabajo que está empeñada en acometer y que los agentes sociales saben "muy bien" que tiene que estar publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes del 31 de diciembre para cumplir con Bruselas.Aún así, ha asegurado que "tiene una paciencia infinita" y que trabajará para conseguir el acuerdo con los agentes sociales ya que tiene entre manos "la mayor transformación del mercado laboral" en décadas y entiende la "preocupación" de la patronal.Para ello se escuda en Bruselas. "Esto es lo que nos pide la UE (...) Vamos a intentar ajustar para hacer las cosas bien", ha dicho la vicepresidenta, que pretende fulminar de un plumazo los contratos temporales pese a que los empresarios ya avisaron de que su propuesta es inaceptable.