Tres grandes encuestas entierran la imagen y el futuro electoral de Sánchez
El líder del PSOE vive su peor momento y tiene dificultades para remontar: poco valorado, sometido a ERC y a Podemos y con un centroderecha rearmado y capaz de gobernar de nuevo.
Solo José Félix Tezanos, el dirigente del PSOE al frente del CIS, edulcora la realidad electoral y política de Pedro Sánchez, en su peor momento desde que, en junio de 2018, llegara por primera vez a La Moncloa con una moción de censura a Mariano Rajoy que le dio el puesto negado por las urnas en sendas Elecciones Generales celebradas en seis meses.Pero el disfraz demoscópico del fiel militante no es suficiente para cubrir la desnudez política que indican otras encuestas que, juntas, permiten dibujar el escenario real que pisa el líder socialista, muy alejado ya de posibles victorias que, en realidad, nunca tuvo de manera abrumadora.Sánchez es el presidente con menos diputados propios de la democracia, 120; y su éxito ha dependido de la alianza con partidos repudiados hasta ahora por el PSOE... y por una división del centroderecha que los votantes parecen haber resuelto, de manera traumática, desechando a Ciudadanos y dejando en dos partidos la oferta, una fórmula mejor para traducir los votos conjuntos en más escaños. Hasta 35 más con las mismas papeletas, insisten los expertos.
Ahora, GAD3 y NC Report ponen letra a esa música con sendos trabajos para ABC y La Razón que lo confirman todo: el hundimiento de Sánchez; el ascenso imparable del PP; el mantenimiento de VOX como socio indispensable de los populares y la insuficiencia de los aliados actuales de Sánchez para sumar una mayoría "Frankenstein", en definición del desaparecido Rubalcaba.En concreto, la encuesta de Narciso Michavilla para el diario de Vocento resta 19 diputados al PSOE, que se queda en unos pírricos 101 pese a la caída de Podemos, que a su vez pierde doce actas para pasar de 35 a solo 23. Un dato que, combinado con los 139 esperados para Pablo Casado y los 37 de Santiago Abascal, alcanza los 176 escaños entre ambos, necesarios para alcanzar la añorada mayoría absoluta.
Se le acabó la "suerte"
Una tendencia que confirma La Razón con otro estudio demoledor para los intereses de Sánchez, a quien parece acabársele la famosa baraka de la fortuna que ya se hizo célebre con su predecesor socialista, José Luis Rodríguez Zapatero. En este caso, el escrutinio consolida el liderazgo interno de Casado, imprescindible para llegar a las urnas fuerte.
El horizonte de Sánchez tiene aún más nubarrones con la agenda catalana convertida en un dolor de cabeza
En concreto, le concede una fidelidad de voto del 95% entre sus seguidores, un dato que se completa con un respaldo del 78% a su gestión y más respaldo interno que nadie, incluida Isabel Díaz Ayuso, para encabezar al PP en la batalla electoral prevista para 2023, un año que vendrá precedido por Elecciones en Andalucía y la celebración de Autonómicas y Municipales en casi toda España, Madrid incluida.A esos dos brochazos de realidad para Sánchez se le añade el sondeo europeo que publica El Mundo, según el cual Pedro Sánchez en el presidente menos valorado por sus ciudadanos en toda la Unión Europea, con poco más de un 4 de nota media: nadie en Europa cae tan bajo en la estima de sus compatriotas, un indicio de cómo se marchita, a pasos agigantados, una flor política que tal vez siempre tuvo algo de artificial.
Poco margen de reacción
La salida de la pandemia y los fondos europeos han sido, en las últimas semanas, las grandes esperanzas de Sánchez para remontar. Pero algo no funciona. Fuentes de la oposición consultadas por ESdiario dan una explicación a ese respecto:"La crisis es muy fuerte y la gente tiene claro que el dinero que llegue de Bruselas es europeo e insuficiente. Y de la pandemia pesa más su mala gestión desde el principio que la mejora en la vacunación, que los ciudadanos consideran autonómica", explican.
Y el otro punto en contra de Sánchez, Cataluña, tampoco le perfila un horizonte muy positivo: los indultos se han fijado en la memoria colectiva de amplias capas sociales, incluyendo a sectores progresistas; y el "conflicto" dista mucho de tener una solución rápida.La receta de una España "multinivel" que el PSOE quiere aprobar en su Congreso Federal del próximo otoño no es ninguna panacea: es un salto más en el concepto "federalista" ya conocido y, amén de no tener una traducción concreta, suena a impulsar una España de dos velocidades en recursos y competencias para calmar la bulimia de ERC. Que ya ha dicho, por activa y por pasiva, que no es suficiente.