Sánchez cierra el curso encadenado a Aragonés cercado por la Justicia y Junts
La Conferencia de Presidentes de Salamanca ha sido el colofón a un convulso primer semestre del año. Para lo que resta, Moncloa se ata políticamente a una Esquerra extremadamente débil.
Cuando este próximo lunes la delegación del Gobierno de España se siente con la Generalitat en la Comisión Bilateral Estado-Cataluña, sus miembros tendrán que hacer la vista gorda y tener oídos sordos. Porque España se va a reunir de tú a tú con un independentismo cercado de nuevo por la Justicia.A saber, por un Tribunal de Cuentas que ha destapado las argucias de Pere Aragonés para pagar con dinero público las fianzas de los líderes golpistas del procés; por una Fiscalía que investiga al Govern por ello; y por un Tribunal Superior de Cataluña que acaba de imputar a uno de los hombres de mayor confianza de Aragonés, su consejero de Empresa y expresidente del Parlament, Roger Torrent.
Ni un reproche ha salido este viernes por boca de Sánchez sobre el plantón de Aragonés a la Conferencia de Presidentes de Salamanca. El líder socialista tiene la mirada puesta en este próximo lunes, cuando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, pretende comenzar a cocinar el "sí" de ERC a los Presupuestos de 2022 a votar en octubre en el Congreso. La primera de las dos citas claves, junto a la reunión de la Mesa con la Generalitat del mes de septiembre.
Con ambas citas, Sánchez pretende convertir al partido de Oriol Junqueras en el nuevo socio preferente del PSOE para garantizarse su gran objetivo último: ese apoyo a los PGE que permitiría al inquilino de Moncloa atrincherarse en el cargo hasta 2023 para convocar las elecciones generales subido en la ola de la Presidencia rotatoria de la Unión Europea que entonces corresponderá a España.
Sánchez y Pere Aragonés en su entrevista en la Moncloa en la que acordaron la Comisión Bilateral de este lunes y la mesa Estado-Cataluña de septiembre. A falta de la protocolaria audiencia con el Rey este próximo martes, Sánchez ha cerrado en Salamanca el curso político y se irá de vacaciones atado a Esquerra como nunca antes.De hecho, un sector del PSOE y del propio Ejecutivo no oculta su preocupación por este encadenamiento a Pere Aragonés en vísperas además de una Diada que ya están calentando la ANC y Ómnium -terminales de los planes de Carles Puigdemont- y una CUP que no deja de meter prisa al nuevo gobierno catalán con el segundo referéndum ilegal.
Así llega el Gobierno al parón veraniego tras el discurso triunfalista del jueves y el despliege mediático de la cumbre de Salamanca en la que Sánchez ha vuelto a advertir al resto de presidentes que es él quien tiene la llave de la caja de las vacunas y la de los 140.000 millones de los fondos europeos que deben comenzar a llegar a las CCAA.Y en septiembre espera una Esquerra crecida en lo político, cercada en lo judicial y acechada por el partido del fugado en Waterloo. A esa ERC ha atado el presidente del Gobierno su futuro político. Pero, lo que es más inquietante, el futuro de España en un último trimestre de 2021 que se antoja decisivo.