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Pedro Sánchez y los fondos europeos, ¿otro desastroso Plan E como con Zapatero?

El rescate de Bruselas puede ser pan para hoy y hambre para mañana y despilfarrarse en un único objetivo: simular una bonanza inexistente para que Sánchez sobreviva hasta 2023.

Pedro Sánchez y Rodríguez Zapatero

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Gastar, gastar y gastar. El Gobierno se ha colocado el traje de campaña larga, quiere cerrarla a finales de 2023. Hasta la “ortodoxa” Nada Calviño se pliega y, ahora, dice que en septiembre se puede hablar con Podemos de subir el SMI.

La multinacional Deliveroo acaba de anunciar, por medidas económicas como la “ley rider”, que pueden tener buena “venta”, pero son imposibles de soportar por las empresas dada la situación que se vive hoy, que deja España. Su marcha pone en la calle a casi 3.000 personas entre “riders” y trabajadores. No se puede hacer experimentos sociales desde los confortables despachos de los ministros jugando con el pan de los ciudadanos.

Para darse cuenta de las intenciones de Sánchez basta ver esos casi 200.000 millones de euros aprobados como techo de gasto. “El dinero público no es de nadie”, dijo hace años la ahora desalojada Carmen Calvo. Otros vendrán que deberán cuadrar las cuentas y arreglar el desaguisado, sí, pero, para entonces, “que me quiten lo bailao”, pensará el presidente. Vamos a asistir a todo un festín de gasto público que se cubrirá endeudando esta generación y a las siguientes de españoles.

Con la inyección de los fondos europeos, el Consejo de Ministros parece estar dispuesto a dopar amigos y facilitadores para dar la vuelta a las encuestas. Anuncio tras anuncio, la España subsidiada está en marcha. ¿Otro inútil “plan E” desastroso como el de ZP? Ese riesgo se corre. Pan para hoy y hambre para mañana. Ojalá me equivoque.

Los aplaudidores de Sánchez

En la época de la España de los caciques se compraban los votos pagando dinero directamente al votante. Ahora, se hace de forma más sutil, se compra la opinión favorable que atraiga votantes a través de dar dinero público a aquellos que aplauden cada día al sanchismo.

Pablo Casado y Santi Abascal intercambian golpes en su competición de tenis ceutí. No es que tenga esta “batallita” partidista demasiada importancia

Sánchez no va a cejar hasta convertir este país en un santuario de “selectos” aplaudidores, ya que la calle le pita. Basta ver cómo algunos opinadores han cambiado de la noche a la mañana su manera de pensar. Oye, ya se sabe: rectificar es de sabios y, son legión, los que se han caído del caballo mientras aguardaban ser recibidos en La Moncloa.

Y, mientras, Pablo Casado y Santi Abascal intercambian golpes en su competición de tenis ceutí. No es que tenga esta “batallita” partidista demasiada importancia. Incluso es bueno que en un centro-derecha dividido desigualmente en dos partidos, cada uno de ellos fije sus posiciones claramente. Incluso da vidilla a un principio del verano que Sánchez desea acaparar informativamente antes de marcharse a La Mareta.

Felicidades a Mahou y Rodríguez-Toquero

¿A quién no le apetece tomarse una Mahou bien fresquita con estos calores? Ni en invierno se dice no a un buen tercio (verde o rojo) de esa buena cerveza. Pues sí, a partir de hoy, todavía me va a apetecer más. Porque vista esa línea de apoyo que ha aprobado la empresa cervecera, presidida por Alberto Rodríguez-Toquero, de 180 millones para apoyar a la hostelería que sufre por la pandemia, Mahou todavía es más grande.