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Bruselas se le resiste a Sánchez: meses de férreo marcaje sin pasarle ni una

El "rodillo" que el Gobierno ha tratado de aplicar con la oposición, los jueces o los medios de comunicación, contrasta con las reprimendas encadenadas llegadas desde Europa.

Sánchez junto al primer ministro de Holanda, Marc Rutte, en un expresivo gesto.

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Pedro Sánchez disfruta ya de sus vacaciones con la sensación de que tiene atada la estabilidad de su Gobierno. Los indultos y las últimas cesiones millonarias a Esquerra y el apoyo de la coalición Frankenstein acompaña a su estrategia sin el más mínimo desgaste parlamentario.

Porque ha ninguneado a la oposición arrinconándola -lo saben bien Pablo Casado, Santiago Abascal e Inés Arrimadas-, ha despreciado al Parlamento reduciendo al mínimo sus comparecencias en el Congreso y Senado; ha acosado al Poder Judicial con iniciativas legislativas ad hoc; e, incluso, ha amagado con el control a la prensa a través de aquel polémico Ministerio de la Verdad. Y con una no menos polémica Ley de Seguridad Nacional en el horizonte cercano.

Pero en estos siete meses transcurridos de 2021, como en el último trimestre del pasado año, Sánchez ha encontrado la horma de su zapato fuera de España. En el corazón de la Unión Europea. Bruselas ha encadenado varios informes y reprimendas públicas de varios de los comisarios a la gestión de La Moncloa.

Y por los más diversos asuntos: la reforma exprés del sistema de elección de los miembros del CGPJ, la independencia de la Fiscalía General del Estado, el trato a los medios de comunicación, o la vigente reforma laboral.

El último toque de atención se remonta a este pasado mes de julio y le puso voz la comisaria europea de Valores y Transparencia, Vera Jourova, durante la presentación del informe sobre el Estado de Derecho en los países miembros.

Por enésima vez -lo ha hecho en varias ocasiones anteriores el comisario de Justicia, Didier Reynders-, Bruselas exigió a Sánchez que cese en su presión al Poder Judicial y que facilite la elección de su cúpula entre los propios miembros de la carrera, sin injerencias.

Sánchez, entre Von der Leyen y Merkel, en un Consejo Europeo.

En ese aviso, la Comisión mostró además su preocupación por la falta de independencia de la Fiscalía respecto al Gobierno. Y es que en Bruselas nunca han acabado de entender el salto de Dolores Delgado desde el Ministerio de Justicia hasta la cúspide de la Fiscalía General del Estado.

Si la presión de la coalición PSOE-Podemos a los jueces ha provocado notable malestar en las instituciones europeas, el proyecto de regular los flujos de información que Iván Redondo perfiló en su Ministerio de la Verdad ha hecho a Bruselas poner pie en pared. "La Comisión está vigilando la aplicación de las medidas de emergencia durante la pandemia", respondió el ejecutivo de Úrsula Von der Leyen cuando conoció los planes de Sánchez.

El intento de Podemos de demoler la reforma laboral del gobierno de Mariano Rajoy o las intenciones de Sánchez de demorar la reforma de las pensiones han provocado en estos últimos meses otras advertencias de calado desde Europa.

Y el último gesto de la mejorable sintonía se ha producido está misma semana, cuando Bruselas ha comenzado a transferir los primeros adelantos de los Fondos Covid con destino a Bélgica, Portugal y Luxemburgo, pese a que España fue el segundo país miembro en completar los trámites de su solicitud.

En estos últimos meses, Bruselas no ha dejado de mirar de reojo a La Moncloa con recelo y preocupación ante algunos tics autoritarios de Sánchez. Y la UE ha demostrado que no está dispuesta a pasarle ni una, ni permitirle el rodillo que sí practica en la política nacional.