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La OMS desmonta a Sánchez: hasta Uganda lleva ventaja a España con su vacuna

Aunque el presidente presuma de lo pronto que habrá una vacuna española gracias a Hipra, los datos son tozudos: España ha entrado en el puesto número 111 de la estadística mundial.

Sánchez durante su visita de abril a los laboratorios de Hipra.

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Ana Martín

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La luz verde de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios a la farmacéutica Hipra para que empiece a ensayar su vacuna en personas ha hecho que el Gobierno saque pecho por la cada vez más cercana posibilidad de contar con un antídoto contra el Covid desarrollado en España.

De hecho el propio Pedro Sánchez aprovechó su comparecencia del miércoles en Lanzarote para felicitarse por el tanto de Hipra, que el presidente no dudó en apuntarse. No en vano recordó que su Ejecutivo ha invertido más de 13 millones de euros en transferencias y casi 6 millones en créditos "para colaborar con la ciencia en el desarrollo de nuevas vacunas en España".

No obstante, las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud desmontan el triunfalismo del Gobierno. España no solo no ha estado entre los países pioneros en la investigación de la vacuna (las vacunas, realmente) contra el coronavirus desde que comenzó la pandemia a principios de 2020, sino que figura en el vagón de cola.

Por detrás de países con economías menores, como Kazajistán, Uganda e Irán, que tienen sus respectivas vacunas en fases de estudio mucho más avanzadas y por tanto se espera que sean aprobadas antes. La de Hipra no lo será, en el mejor de los casos, antes de otros seis meses. Es decir, en 2022.

La OMS actualiza casi a diario una estadística de las vacunas que hay en fase de ensayos clínicos en todo el mundo. Y España, con Hipra, ha entrado en el puesto número 111.

Hasta este miércoles en que Sanidad dio luz verde a la farmacéutica, había en todo el planeta 110 vacunas en la recta final de ensayos, incluyendo las 21 que ya han sido aprobadas por al menos las autoridades sanitarias de un país (y que siguen siendo probadas pese a que ya se inoculan desde hace meses). Ahí están los nombres más conocidos: Sputnik, Janssen, Moderna, AstraZeneca, Pfizer, CoronaVac...

Vacunas desarrolladas bien por farmacéuticas privadas, bien por organismos públicos, bien a través de la colaboración público-privada.

Un resumen de la estadística que va actualizando la OMS con las vacunas en fase final de ensayos.

Era de prever que a España le llevaran la delantera las grandes potencias; Estados Unidos, China, Japón, Rusia, el Reino Unido, Alemania, Canadá, que desde el año pasado han invertido grandes sumas en la investigación de vacunas propias. Los 120 millones de euros que costó el desarrollo de la Astrazeneca (Reino Unido), por ejemplo, fueron sufragados en un 97% con dinero público.

Pero es que España también va muy por detrás de otra larga lista de países. En la estadística de la OMS, entre esos 110 ensayos en última fase figuran también laboratorios y organismos de Kazajistán, la India, Cuba, Israel, Indonesia, Australia, Turquía, Italia, Vietnam, Francia, Irán y hasta Uganda, este último en colaboración con el Reino Unido (a través del Uganda Virus Research Institute and London School of Hygiene & Tropical Medicine).

En el puesto 111 ya ha entrado Hipra y, sin embargo, la vacuna más avanzada de los varios prototipos que investiga el CSIC -la del virólogo Mariano Esteban- ni está ni se la espera. Después de que hace unas semanas Sanidad le echara el alto, sin demasiadas explicaciones, cuando estaba a punto de iniciar sus ensayos en humanos.

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