El caos en la evacuación de españoles de Kabul no saca al Gobierno de la playa
España es el país que más tarde llega al rescate de sus ciudadanos, no explica el plan de rescate y obvia la desesperada situación en el aeropuerto de Afganistán.
Al menos siete personas han muerto ya en el aeropuerto de en estampidas y bajo el fuego armado por dispersión. Y otras miles, en un número incierto pero enorme, se amontonan en sus instalaciones tratando de huir, como otros cientos de miles que lo hacen incluso andando, a la búsqueda de un coladero en las fronteras de Irán o Paquistán que les permita escapar del horror talibán.
Ése es el paisaje real, lleno de incertidumbres, en el que pueden estar los cerca de 500 "españoles" que esperan el rescate del Gobierno, con los dos aviones fletados para sacarles del infierno afgano: uno salió de Zaragoza en la noche del lunes. Al otro se le espera en la mañana del martes.
Pero nada más está claro: ni el plan de evacuación, ni cómo aterrizar en ese aeropuerto convertido en un avispero protegido apenas por 3.000 marines americanos y asediado por el nuevo régimen talibán ni cuántos viajes harán falta para sacar de allí a los 25 nacionales y 475 colaboradores afganos que, en principio, son el objetivo de las Fuerzas Armadas desplazadas.
Los AM400 soportan una carga máxima de 37 toneladas y su interior se puede configuras de distintas maneras según se necesite transportar maquinaria pesada o seres humanos. En este caso, la capacidad máxima es de 116 paracaidistas con sus equipos, según fuentes militares consultadas por ESdiario, lo que pone en tela de juicio el traslado de 500 personas en solo dos trayectos desde Dubái, el aeródromo elegido como puente entre España y Kabul y teórica sede central de la evacuación.
Macron y Merkel han suspendido sus vacaciones. Sánchez formalmente sigue en la playa y sus aviones son los últimos en llegar a Kabul
Todo son incógnitas, y la incapacidad del Gobierno para aclarar su plan solo contribuye a aumentar las dudas, ya poderosas. Especialmente en contraste con otros países cercanos: Francia y Alemania, por ejemplo, ya tienen a sus propios aviones de rescate en Kabul o volando en su espacio aéreo; mientras que España no aclara dónde aterrizarán los suyos, teniendo en cuenta que la distancia entre la capital afgana y Dubái Ciudad es de 1.686 kilómetros.
Sánchez, de vacaciones
La comparación entre el comportamiento de los presidentes tampoco deja en buen lugar a Pedro Sánchez, que oficialmente sigue de vacaciones, probablemente en la zona playera del Palacio de la Mareta, en Lanzarote: a diferencia de él, sus homólogos alemán y francés, Ángela Merkel y Emanuel Macron respectivamente, han suspendido su descanso y están al frente del gabinete de crisis de sus países.
De Sánchez, sin embargo, no consta su retorno a Moncloa, y ni siquiera un contacto formal con el líder de la oposición, Pablo Casado, que ya le ha exigido suspender su asueto y dar las explicaciones pertinentes en sede parlamentaria.
En todo caso, las próximas 24 horas son decisivas, según reconocen fuentes diplomáticas a este periódico, para medir la capacidad del Gobierno para repatriar a los suyos y la resistencia del ya escaso contingente americano para frenar a los talibanes, de cuya "generosidad" depende que el caos en el aeropuerto no se convierta en una hecatombe.
"El respaldo que tienen de China o Turquía es la mejor baza para que se contengan mientras Occidente saca a los suyos, pero nada está claro y cuando nos vayamos aquello puede ser horrible", concluyen.