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El Gobierno culpó a Vox y el PP de la falsa agresión homófoba y no se retracta

De las cartas con balas al portal de Malasaña: el Ejecutivo tropieza en la misma piedra por politizar un supuesto delito de odio que ha resultado ser una invención de un joven.

Sánchez y Grande-Marlaska en el Senado.

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L. Moro

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La presunta agresión homófoba a un joven en el barrio madrileño de Malasaña que ha resultado no ser tal ha dejado al Gobierno sin habla. Pedro Sánchez, Isabel Rodríguez, Fernando Grande-Marlaska, Irene Montero, Ione Belarra... el Ejecutivo casi al completo había condenado enérgicamente el supuesto ataque de ocho encapuchados a un homosexual en un portal a plena luz del día.

Y lo que es más: había señalado directamente a Vox y al PP, a este último por "quitarle hierro a los discursos de odio que la ultraderecha lanza a diario", en palabras de la ministra de Derechos Sociales.

Tras conocer la confesión del agredido, la ministra de Igualdad se apresuró a escribir un nuevo argumentario en Twitter capaz de soportar un traspié así sin retractarse: "Los delitos de odio contra el colectivo LGTBI se han incrementado en un 43% en el primer semestre de 2021. Que el árbol no nos impida ver el bosque", escribió.

Y desde el PP su secretario general, Teodoro García Egea, conminó al ministro del Interior a dar explicaciones: "¿Sabía Marlaska esta mañana, cuando acusó a otras formaciones políticas de generar odio, que todo era falso? Si lo sabía, mal; si no, peor?", sostuvo.

La comisión de urgencia, en el aire

El presidente había convocado de manera urgente, para este mismo viernes, la Comisión de Seguimiento del Plan de Lucha Contra los Delitos de Odio. Una reunión a la estaban citados, o lo están mientras no se suspenda, el ministro del Interior, el secretario de Estado de Seguridad, así como responsables de la Oficina de Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio y mandos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, entre otros.

El propio Sánchez expresó este miércoles de viva voz su "solidaridad con quienes sufren delitos de odio". Y añadió, durante una reunión con diputados y senadores socialistas: "El PSOE siempre ha sido un muro contra la intolerancia. Como dijo Pedro Zerolo, nosotros defendemos una sociedad en la que cabemos todos/as. Este Gobierno trabaja por un país diverso y libre".

En paralelo, diversas asociaciones del colectivo LGTBI habían convocado una concentración este sábado por la tarde en la Puerta del Sol en protesta, bajo el lema "Nos están matando". Y hastaJorge Javier Vázquez afirmó el martes durante la emisión de Sálvame que el Madrid de la libertad "ya no existe". Hemos sido demasiado tolerantes con los discursos de odio", denunció ante su audiencia millonaria.

Lo peor para el Gobierno es que es la segunda vez que se le trunca el relato. Ya sucedió cuando en plena campaña de las elecciones madrileñas los partidos de la coalición, el PSOE y Unidas Podemos, activaron una "alerta antifascista" ante la aparición de diversas cartas con balas y amenazas.



La dirigida a la ministra Reyes Maroto, que contenía un cuchillo supuestamente ensangrentado (resultó ser pintura roja), resultó haberla enviado un hombre con problemas mentales. De la autoría del resto, dirigidas a Pablo Iglesias, Marlaska y a la directora de la Guardia Civil, nada volvió a saberse. Interior corrió un tupido velo, aunque todo apuntaba también a un perturbado.



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