Aragonés amenaza a Sánchez y aumenta sus exigencias tras el fiasco de El Prat
El presidente de la Generalitat ha avisado que la retirada de la reforma del aeropuerto tendrá sus consecuencias, a días de encontrarse con Sánchez y de la Diada.
La crisis generada por la suspensión de las obras de remodelación del amenaza con convertirse en un nuevo vodevil en el que cada uno de los actores quiere sacar el mayor rédito político, sin tener la responsabilidad de la paralización de una inversión de 1.700 millones de euros y que pondría al aeródromo a la vanguardia. De hecho, ahora, el presidente de la Generalitat ya ha amenazado a Sánchez, mientras corre el reloj para la celebración de la próxima reunión entre ambos.Aún no hay fecha oficial, pero el propio Pere Aragonés ha asegurado que será la semana próxima, "en los próximos dos o tres días se podrá confirmar si es el jueves o el viernes", ha dicho. Pero desde el Gobierno no se confirma. De hecho, la vicepresidenta Yolanda Díaz ha dejado en manos del propio Sánchez la convocatoria de la misma cuando ha sido preguntada al respecto en una entrevista en TVE.
Pero sin duda la situación del plan de renovación del aeropuerto será uno de los temas que se coloquen encima de la mesa y Aragonés ya lo afronta con una cosa clara, la suspensión de la inversión de 1.700 millones de euros "no es gratis ni inocua".De hecho, en una entrevista en Catalunya Ràdio ya ha reclamado el traspaso de la gestión de los aeropuertos catalanes porque "es anormal que el Estado tenga este modelo centralizado", y ha culpado al Gobierno y a Aena de la paralización de la inversión.Sobre si hay tiempo para negociar la ampliación del Aeropuerto, Aragonès ha avisado de que desde la Generalitat no entrarán "en una dinámica de chantaje, donde hay una trágala para que aceptemos la propuesta única que plantea Aena", y ha asegurado que ambas partes acordaron el 2 de agosto que los detalles de la ampliación se abordarían después en el marco del plan director.
La confianza de la Generalitat con el Gobierno en relación a la gestión de las infraestructuras ha quedado "muy mermada"
"En 15 días no jugaremos con el futuro de una infraestructura y la afectación medioambiental", ha subrayado el presidente catalán, que ha asegurado que nadie del Gobierno le trasladó en los últimos días ningún malestar por determinados posicionamientos de dirigentes republicanos.Tras todo ello, sí ha apuntado que la confianza de la Generalitat con el Gobierno en relación a la gestión de las infraestructuras ha quedado "muy mermada".Para Aragonès, con esta decisión el Gobierno intenta esconder las diferencias que hay entre sus socios -PSOE y Unidas Podemos-: "La vicepresidenta del Gobierno estaba ayer en La Ricarda para expresar la oposición a la ampliación del Aeropuerto que propone su Gobierno. Intentan esconder su propia división", ha dicho.Algo que, por otra parte, la propia Yolanda Díaz no ha escondido. En una entrevista en TVE ha explicado que desde que se anunció el 2 de agosto el proyecto de extensión del aeródromo de la ciudad condal, trasladó al presidente del Gobierno con "absoluta tranquilidad" y "discreción" que el espacio político al que representa no compartía esta actuación.
Sin embargo, esta división en el Gobierno central también existe al otro lado de la mesa, tal y como ya se evidenció este jueves en el seno de la Generalitat, después de que su vicepresidente, Jordi Puigneró culpase a ERC de la paralización del proyecto. Sin embargo, Aragonés prefiere negar la mayor y ha asegurado que "no había ningún conseller que fuera a la manifestación" prevista para el 19 de septiembre en contra de la ampliación, pese a que la portavoz del Govern, Patricia Plaja, aseguró en una respuesta a los periodistas que no le sorprendería ver a algún miembro del Govern en esa protesta; pero el presidente ha pedido afrontar este debate con la máxima unidad posible.Así, ha manifestado su confianza con todos los miembros del Govern, incluyendo al propio Puigneró, que "es quien lleva la interlocución" con el Estado en esta cuestión, ha puntualizado.Pero mientras entre socios no paran de culpabilizarse y pelearse por la paralización de la inversión, hay quien tiene muy clara su postura. Es el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. El regidor, en una entrevista en Onda Cero, ha zanjado la cuestión. Según ha dicho, Madrid recibiría "con los brazos abiertos" los 1.700 millones de euros.