Pedro, eres el más grande
Cada día tiene su afán, y nuestro director enfoca su cámara sobre las noticias y personas que han llamado su atención. Para bien o para mal.
Pedro Sánchez en Barcelona.
Menos mal que tenemos a Pedro Sánchez sentado en La Moncloa. Los españoles no valoramos bien la suerte de tener un presidente de tal calado.
Desde que volvió del veraneo en el palacio de la Mareta, no deja de hacer regalos a los españoles. Pedid, que se os concederá.
Gracias a Sánchez hemos podido vacunarnos todos, incluso aquellos que no somos socialistas de carnet. No ha preguntado ni por la raza ni por la condición social ni por lo que vota cada uno: la intercesión presidencial nos ha igualado en un pis-pas. Lo ha dicho por televisión el presidente y a mí casi se me caían las lágrimas de la alegría. Gracias, gracias, gracias.
Ahora, sus amigos independentistas deseaban una mesa bilateral entre Cataluña y España, o sea, que se vislumbrase que los catalanes separatistas son de otra pasta, gente de un nivel superior a madrileños, andaluces, aragoneses, gallegos, asturianos, cántabros, castellanos y demás españoles… y a Barcelona que se ha ido a sentarse con el presidente de la Generalitat, con toda la pompa del poder, acompañado de sus ministros. Una reunión como si fuera de Estado con Estado. La “reconciliación” está por encima de cualquier otra cosa.
Sobre la luz
¿Y qué decir de la luz? Teníamos un problema, la factura no nos dejaba dormir, ha subido casi un 300%, imposible pagarla y seguir comiendo; “las viejecitas” iban a morirse este invierno de frío por no poder poner la calefacción, cada día éramos más los “pobres energéticos”, pero gracias a Sánchez cualquier cosa tiene arreglo.
"¡Exprópiese!", ha dictado sobre las empresas eléctricas. Tómense 2.600 millones de sus beneficios y que sirvan para pagar las facturas de la luz. Se acabaron los pagos costosos por planchar a deshora. ¿Populismo colgado del brazo de sus socios de Podemos? ¿Falta de garantías jurídicas que espantará a los inversores? Preguntas de ingratos. Pelillos a la mar.
A grandes problemas, soluciones draconianas. Nuestro presidente lo tiene claro.
No logro entender que algunos maliciosos -criticar por criticar- lo crucifiquen en las redes sociales por comportarse como un Caudillo. Porque, esto, ademas, seguramente podrá ser perseguido gracias a la ley de Memoria Democrática que la bondad de Sánchez nos ha otorgado.
Pedro, caigo rendido a tus pies. Como el torero Marcial, eres el más grande.
Cambiando de tercio, por seguir la terminología taurina. Quédense con este nombre, que probablemente ya algunos de ustedes conozcan: Manuel Giménez Larraz, hijo del presidente del PP de Aragón asesinado por ETA Manuel Giménez Abad.
Cuando llegue el Congreso del PP de Aragón entenderán por qué se lo digo. El hijo sueña con el cargo que un día ocupó su padre. Y no le faltan mimbres.