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La ansiedad de Lola Delgado y la mala cara de Laya en Bruselas

Cada día tiene su afán, y nuestro director enfoca su cámara sobre las noticias y personas que han llamado su atención. Para bien o para mal.

Dolores Delgado.

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Los temas judiciales se le complican al Gobierno de Sánchez. ¿Más?La ex ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ha sido imputada por el juez de Zaragoza Rafael Lasala por las dudas que existen sobre la entrada en España del líder del Frente Polisario Brahim Gali con papeles falsos. Hasta aquí, lo que todos conocemos.Sin embargo, pese a que la ex ministra ha sido convenientemente enviada a Bruselas al frente de un grupo de alto nivel para modernizar el mercado único (según afirma algún socialista, para que no tenga dudas de que sigue bajo el manto protector del presidente que la nombró y la cesó), la magnitud del roto de lo que pueda decir Laya ante el juez está aún por descubrir. Y en La Moncloa están muy preocupados.

La magnitud del roto del caso Gali está por ver

Porque todo apunta a que quien fuera jefa de la diplomacia española está dispuesta a declarar que fue el presidente quien dio la orden de traer al líder del Polisario, pese a la negativa de los ministros del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de Defensa, Margarita Robles.

Ya en su declaración ante el mismo juez, el jefe de Gabinete de la ministra apuntó con el dedo en dirección a Sánchez: "El Gobierno no es un reino de Taifas".Pero no se quedan aquí los disgustos judiciales.El Tribunal Supremo se inclina a sentenciar a finales de octubre que el nombramiento de la ex ministra de Justicia, Dolores Delgado, como fiscal General del Estado fue "improcedente" por falta de imparcialidad. Todo un misil a la línea de flotación de las maneras sanchistas.Cuentan que la propia Delgado vive esta "rentrée" del curso en un estado de ansiedad permanente.Mientras se esperan acontecimientos, fontaneros monclovitas ya hablan sin tapujos sobre una "Lola amortizada". Hay voces que susurran al presidente la conveniencia de sacarla de escena antes que la obra se convierta en un drama. Total.

"¿La Fiscalía de quién depende? ¿De quién depende? Pues ya está". Aquella fue la respuesta, como todos recordamos, de Sánchez al periodista de RNE Iñigo Alfonso cuando le preguntó por su compromiso de traer a Carles Puigdemont de vuelta a España. Fue Sánchez quien personalmente designó a Delgado fiscal general. Blanco y en botella. Si es considerada inadecuada para el cargo, el leñazo será suyo y solo suyo.