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La purga en el PSOE que ultima Sánchez para liderar al partido otra década

El secretario general y presidente del Gobierno tiene un plan hermético para el PSOE que pronto se conocerá, con un objetivo claro: mantenerse al frente diez años más con puño de hierro.

Pedro Sánchez, el pasado mes de julio

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El PSOE quiere abrir una nueva etapa donde nadie sea imprescindible salvo Pedro Sánchez. Este próximo fin de semana hará la puesta de largo del nuevo look en su 40º Congreso Federal. El líder socialista viaja a Valencia habiendo echado el cierre a la Ejecutiva con la que regresó a la cúspide del partido.

Pocos dirigentes hay que en estas últimas semanas, "gratis et amore", no se hayan dado ellos mismos por amortizados. Ante la firme decisión del jefe de hacer una auténtica purga interna, mejor ponerse la venda por si acaso la sangre llega al rio.

A día de hoy, todavía restan piezas por encajar. Un hermético Sánchez guarda con celo el cuaderno con los nombres que van a formar su núcleo duro. La única información que sale con cuentagotas es que la guardia pretoriana de Ferraz va a ser más reducida. Muchos de los 49 asientos instalados hasta este pasado viernes en el cuartel general socialista van a guardarse detrás de las cortinas. Nuevos rostros van a escoltar a Adriana Lastra en sus nuevas funciones.

Algunos, estos días, están muy interesados en hacer llegar a los medios que la vicesecretaria general ha gestionado “mano a mano” con el líder el ciclo por abrir. Veremos si, al final, no queda todo en mucho ruido y pocas nueces. Mejor les ahorro las conjeturas, cuando estamos a horas de abrir la lata de la comida precocinada.

No hay duda, la incertidumbre acompaña a la grey del PSOE. Van a ser jornadas tensas esperando que suene el móvil, para bien o para mal. “Torres muy altas han caído”, me cuenta por WhatsApp un veterano -¿ex?- dirigente. “Nadie está en condiciones de anticipar –añade- lo que va a pasar este fin de semana”.

El ministro de la Presidencia es el “nuevo prohombre”. El encargado de dar brillo al sanchismo a diez años vista. Toda una década es lo que tiene en mente Sánchez permanecer

Cuando aún se está cuadrando el puzzle directivo del PSOE, el recuerdo de José Luis Ábalos revolotea por la cabeza de los mandatarios del puño y la rosa. Su salida sigue alimentando demasiadas especulaciones. Incluso personales. “Pedro dejó de querer a José Luis, no le des más vueltas”, comenta mi garganta profunda monclovita: “Semanas antes de su cese, Sánchez había limitado los contactos con él”, asegura. ¿Por qué? Cara de mus.

En cambio, hay figuras emergentes que tienen asegurada su entrada en el organigrama. Una de ellas es Félix Bolaños. El ministro de la Presidencia es el “nuevo prohombre”. El encargado de dar brillo al sanchismo a diez años vista. Asómbrense, toda una década es lo que tiene en mente Sánchez permanecer al frente de la marca.

La obsesión con Ayuso

Al presidente del Gobierno le gusta más mandar que los principios. Eso y “machacar” a Isabel Díaz Ayuso obsesivamente. Sus últimas ocurrencias van a centrar el cónclave socialista en la ciudad del Turia en debatir sobre subir los impuestos a Madrid y quitarle instituciones. Cualquier evento sirve para tratar de meterle el dedo en el ojo a la presidenta madrileña, aunque luego se pague tan caro en las urnas. Un despropósito. Madrileñofobia en vena.

No parece importarle a Sánchez demasiado que sus siglas coticen a la baja en los sondeos, salvo los del CIS. Lógico. No tiene pensado bajarse de la peana política. Para nada. Los que le escriben el “relato” ya elaboran otra temporada del líder en Bruselas para cuando deje La Moncloa. La Comisión Europea puede echarse a temblar.