Ayuso librará un pulso con Instagram por censurarla y su deriva izquierdista
La Comunidad no se quedará quieta ante la censura política en las redes sociales, tras sufrirla en persona la presidenta mientras se permiten excesos como el que sugirió cortarle el cuello.
El Gobierno de la Comunidad librará un pulso con los propietarios de la plataforma Instagram, que son los mismos que poseen Facebook y Whatsapp, para resarcir los derechos de Isabel Díaz Ayuso, censurada en la red social por haber difundido una simple imagen con un periodista taurino, que pronto ha sido restaurada por la red social ante la presión.
La imagen borrada por Instagram a la presidenta madrileña es un inocente posado junto a David Casas, tomada durante la Feria de San Isidro y eliminada unilateralmente por la empresa apelando a su código interno, que prohíbe la difusión de contenidos "violentos" que, en el caso de Ayuso, no existen por ningún lado.
La dirigente popular aparece en un primer plano junto a Casas, un conocido comentarista del canal de toros de Movistar, que difundió en su día la misma fotografía sin recibir ningún tipo de amonestación, hasta el punto de que la misma sigue siendo pública en su perfil en la misma plataforma que ha censurado a Ayuso.
Ambas estampas se publicaron el mismo día, el 27 de junio pasado, coincidiendo con la reanudación de la Feria de San Isidro, aplazada por la pandemia en 2020, y muestra a ambos en Las Ventas sin ninguna otra connotación. Pero solo a Ayuso se la han borrado, con un mensaje que la señala como autora de contenidos que incitan a la violencia, una acusación muy grave para cualquier usuario pero especialmente para alguien que ostenta un cargo público de primera fila.
Fuentes oficiales de la Comunidad de Madrid reconocen a ESdiario la "indignación" que han producido estos hechos al Gobierno regional y a la propia presidenta. Y consideran que es un "ataque a Ayuso" personalizado, argumentando cómo se la señala a ella por un foto que sigue siendo pública en el perfil del periodista taurino.
"Cortarle el cuello a Ayuso"
La polémica, que podría parecer menor en apariencia, dista mucho de serlo y ahonda en la incipiente sensación de que empresas hegemónicas en la gestión de redes sociales aplican criterios ideológicos para promocionar determinadas tendencias políticas y, por contra, cercenar otras.
Desde la supresión del perfil de Donald Trump en Twitter en plena campaña electoral americana hasta la reciente expulsión del cantante Sherpa, líder de Barón Rojo, por mostrar su apoyo a la derecha y criticar a Sánchez; el alineamiento de Instagram, Facebook o Twitter con las opciones de izquierdas se considera evidente. Y se plasma, incluso, con la contratación como "verificadores de fake news" de empresas privadas próximas a esa ideología, como Newtral en España.
En contraste, las redes no eliminan comentarios ni bloquean perfiles de dirigentes y personajes como Pablo o Máximo Pradera, autores de mensajes claramente violentos como el que el segundo de ellos dedicó a la propia Ayuso, jugando con la idea de cortarle el cuello para detener su trayectoria:
Habrá respuesta
El agravio existente, a juicio de la Comunidad de Madrid, no quedará sin respuesta y el Gobierno autonómico peleará con Instagram para restituir los derechos y la imagen de Ayuso, según confirman a este periódico fuentes oficiales.
Instagram forma parte del imperio de Mark Zuckerberg, el polémico propietario también de Facebook e Instagram, y de su polémica actividad da cuenta su comparecencia en el Capitolio de Washington, en 2018, bajo la sospecha de comercializar o filtrar datos de millones de usuarios.