El aldabonazo de Felipe a la discrepancia en el PSOE coge a Sánchez a contrapié
El llamamiento del expresidente a la crítica y el debate interno anima un congreso sin discusión alguna, ni ideológica ni orgánica. A la espera de que Sánchez marque el camino.
"Pedro Sánchez no ha impuesto ningún régimen de silencio en el partido, otra cosa es que, desde hace algunos años, los militantes hayamos sido bastantes restrictivos a la hora de opinar. Nos hemos autoexigido una especie de silencio entendiendo que en determinamos momentos la lealtad y la responsabilidad era no opinar".
Esta reflexión del presidente de Aragón, Javier Lambán, a preguntas de los periodistas tras la intervención tan esperada de Felipe González, define a la perfección el runrún que se ha instalado este sábado entre los asistentes al 40 Congreso Federal del PSOE tras lo que muchos dirigentes consultados por ESdiario reconocen que ha sido un "aldabonazo" del veterano expresidente frente a la "deriva" del partido durante el sanchismo.
Izquierda Socialista denuncia rodillo
Básicamente, porque un cónclave diseñado al milímetro para brindar al electorado de izquierda una imagen de máxima unidad, ha acabado a horas de la intervención final de Pedro Sánchez este domingo en otro debate sobre la posibilidad real de discrepar y debatir sobre la estrategia impuesta por el inquilino de La Moncloa. De sus pactos con Podemos y sus alianzas con Esquerra.
A esta sensación se ha sumado además Izquierda Socialista con una denuncia: el informe de gestión de la Ejecutiva Federal que se despide ha sido aprobado sin que la corriente pudiera tomar la palabra para expresar sus matices al mismo. Directamente, el presidente del Congreso, Ximo Puig, le negó la palabra.
Ferraz le ha organizado a Ábalos una entrevista efectuada por el PSOE para limar asperezas.
Fuentes de la federación de Castilla-La Mancha que lidera Emiliano García Page reconocen a este diario que González ha llegado donde los barones "o no han podido o no han querido llegar" en estos últimos dos años. Primero al reivindicar el régimen del 78 -"a mucha honra", espetó Felipe desde la tribuna- y al acusar a Podemos de querer dinamitar la Transición.
Después, al reclamar a Sánchez que no coarte ni impida en el PSOE el derecho a la discrepancia y que "estimule" la libertad de expresarse críticamente" y de "opinar lo que se piensa". "Así se construye la unidad en un partido que representa a la sociedad", ha advertido, frente a la unidad impuesta como consigna en este 4o Congreso.
Pero Felipe ha dado alas a ese sector del PSOE tradicional que sigue alarmado por los pactos de Sánchez con ERC, los indultos o la mesa bilateral con la Generalitat. O con los pactos con Bildu. "El presidente sabe que estoy disponible. Sabe que digo lo que pienso, y pienso lo que digo, y sabe no interfiero. Me siento libre porque digo lo que pienso, y me siento responsable porque pienso lo que digo", ha enfatizado en un mensaje de calado que ha cogido a contrapié a la actual dirección.
Sicilia, nuevo portavoz; entra Bolaños
Por lo demás, la jornada ecuador del cónclave socialista no ha tenido más que la foto de González, Zapatero, Almunia y Sánchez juntos. Mientras se producía el debate de las enmiendas a puerta cerrada sin ningún asunto relevante aparcado el de la financiación, cientos de los delegados estiraban la sobremesa tras servirse varias paellas gigantes.
Como debate más relevante, el de la prostitución. El PSOE se va a comprometer en la ponencia de este 40 Congreso a hacer "el esfuerzo" de impulsar esta legislatura una ley abolicionista que incluya medidas concretas de sanción a los clientes. Además, la dirección apuesta por reforzar su reivindicación del federalismo e integrar en su ponencia política varias enmiendas que abogan por reivindicar de forma expresa esta organización del Estado.
Respecto a la Ejecutiva Federal, el diputado y portavoz adjunto en el Congreso, Felipe Sicilia, será el nuevo portavoz de Ferraz. Entra también en el sanedrín socialista el hombre de moda, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Dos nombres que se suman al de Cristina Narbona, que sigue como presidenta; Adriana Lastra como vicesecretaria general; y Santos Cerdán como secretario de Organización.
Además, conservan su asiento, aunque con distintas responsabilidades, los dirigentes Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que ahora será secretario de Política Municipal, y Javier Izquierdo, que asumirá la Secretaría de Acción Electoral.
Otra cara nueva en la Ejecutiva, además de Sicilia y Bolaños, será la de la directora adjunta del gabinete de la Presidencia, Llanos Castellanos, como secretaria de Relaciones Institucionales y Administraciones Públicas; y también se incorpora el alcalde de Sevilla y líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, como presidente del Consejo de Política Federal. Guillermo Fernández Vara, que hasta ahora presidía ese órgano, se mantendrá en la Ejecutiva, como responsable de Autonomías.
A igualar el llenazo de Casado
Sánchez romperá su silencio este domingo en el mitin que dará clausura al cónclave socialista más anodino en décadas. Ya ante los miles de militantes que llegarán en estas horas a Valencia en los cientos de autobuses fletados por el partido en toda España, el líder socialistas marcará el camino.
La organización tiene el objetivo de igualar el llenazo que hace quince días protagonizó Pablo Casado en esta misma ciudad. Y es que ese discurso de Sánchez el domingo dará el pistoletazo de salida a un nuevo ciclo electoral: andaluzas, muncipales y autonómicas en 2022 y generales un año después si el PSOE no tiene más contratiempos con sus socios.