Yolanda Díaz, en su peor encrucijada: cerco del PSOE y desconfianza interna
La ministra ha recogido el testigo de Iglesias como 'lideresa' del sector morado del Ejecutivo. Y eso está teniendo consecuencias para ella. Por si fuera poco, le llueve amigos poco gratos.
Lo de Yolanda Díaz tiene miga. Porque da la sensación de que no hay lugar por el que la titular de Trabajo dé un paso que no esté en peligro de sumergirse en arenas movedizas. A Díaz, hoy, le tiran chinazos por todas partes y algunos andan frotándose las manos con cada traspiés, esperando el tortazo final.
Pero, ¿quiénes andan moviendo hilos contra Díaz? La ministra tiene antagonistas poderosos y casi todos, los más peligrosos, abrevan por el entorno del Gobierno. Por una parte, cierto sector socialista que contempla con preocupación el papel relevante que ha ido tomando y que considera que, con su protagonismo, eclipsa al propio Pedro Sánchez en el Ejecutivo.
Yolanda Díaz tuvo que coger las riendas casi empujada por Pablo Iglesias
Hay bastante de cierto en esa percepción. Con Pablo Iglesias a la fuga tras el fiasco de las madrileñas de mayo, Díaz (prácticamente empujada por el propio macho alfa) ha tenido que coger las riendas del sector morado en el Gobierno. Lógico, claro. A Irene Montero y la cuchipandi de Igualdad se la tolera mientras se quede ahí; a Belarra no le toman en serio; Garzón está a lo suyo y sin levantar la voz, por lo que pueda pasar; y Castells, ni está ni se le espera. Con esos mimbres, era lógico que el único perfil para hablar de tú a tú con el PSOE fuese el de Díaz.
Y ahí está otro de los problemas de la titular de Trabajo: el de ciertos núcleos vinculados a Iglesias que, sin desacatar la herencia del caudillo morado, maniobran por interés propio poniendo piedras en las ruedas de Díaz. Lo sabe ella y lo saben ellos, los autores. Por mucho que, de puertas para afuera, le caigan chuzos podemitas de punta a quien ose abrir ese melón.
Los mismos que se emplean contra Díaz saben que es la "única" que puede reflotar Podemos
Otra 'movida' más para Unidas Podemos. Porque los mismos que se emplean contra Díaz saben, por otra parte, que es la única candidata que puede reflotar el camarote de los hermanos Marx en que se ha convertido la formación morada. El problema reside en algo tan viejo como la Humanidad: el afán de poder. Algunos, con tal de mantener el poder -aunque sea decrépito y mermado-, prefieren convertir a UP en una secta. Más, si cabe.
Por si fuera poco, a Díaz le llueven amigos que no se sabe a qué carta juegan. El regreso del inefable Iván Redondo, exjefe de gabinete de Pedro Sánchez, con elogios y apuestas positivas hacia la ministra de Trabajo no se sabe si beneficia a ésta o le coloca, aún más, en el disparadero. Desde luego, unas predicciones de Redondo de ese cariz, en estos momentos, sólo pueden poner en guardia al socialismo sanchista, que ya mostró su opinión sobre el gurú con las notables ausencias en la presentación del