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Puig se reafirma como el "barón de barones" del PSOE con rumores de elecciones

El presidente valenciano revalida su control del partido en el congreso de su reelección, con la disidencia interna y el abalismo completamente desaparecido.

Puig junto a Sánchez, en el reciente 40 Congreso Federal.

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E. M.

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Los socialistas valencianos viven este fin de semana su auténtica fiesta. No en vano han escogido para su XIV Congreso del PSPV, que arranca este viernes, el escenario del Gran Hotel Bali de Benidorm, el más alto de España, símbolo de que el presidente de la Generalitat Valenciana y líder del PSOE valenciano, Ximo Puig, vive su momento más dulce en lo más alto del PSOE, convirtiéndose en el barón con más voz y más peso de las comunidades que gestionan los socialistas.

Es el primer congreso de los socialistas valencianos donde no se van a ver corrillos de madrugada negociando ejecutivas o pidiendo el voto para otros candidatos. Más que un congreso es una puesta de largo de Puig como el líder que en cuatro años ha pasado de tener casi medio partido en contra (en el anterior congreso del PSPV de 2017 su rival obtuvo el 40% de los votos, y eso que Puig ya era presidente) a no tener ninguna disidencia y vivir una luna de miel con el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez.

El propio sanchismo, que en su día se la tenía jurada a Puig por ser uno de los que apoyó a Susana Díaz, se ha convertido ahora al ximismo. Puig es el primero en defender las tesis de Moncloa y viceversa. Y con el ex ministro José Luis Ábalos fuera de juego, la relación es más estrecha. Se ha ido la última piedra en el zapato del presidente valenciano.

Ahora Ximo Puig es uno de los principales activos del PSOE, gobierna la comunidad con mayor población de los socialistas, es considerado en la opinión pública de España un barón de referencia y un refuerzo para el proyecto de Pedro Sánchez frente a otros barones más discrepantes como el manchego Emiliano García Page o el extremeño Fernández Vara.

Este apoyo de Moncloa y Ferraz al proyecto de Puig se vislumbrará este fin de semana con la presencia en Benidorm del propio Pedro Sánchez, de su numero dos Adriana Lastra, y diferentes cargos nacionales, con la vuelta del dúo Zapatero y Leire Pajín.

Puig no sólo ha logrado la paz interna en un socialismo valenciano cuya tónica general era la guerra permanente. También ha logrado forjarse una imagen de líder tranquilo y que aporta calma y sensatez pese a tener un gobierno difícil con partidos como Compromís y Podemos, y socios como Mónica Oltra siempre dispuestos a tensar la cuerda y salirse de la raya. El presidente valenciano ha logrado sin embargo mantener unido su gobierno y que la sociedad no lo perciba como radical.

Puig, junto a la Ejecutiva del PSOE valenciano, que se renueva este fin de semana.

El presidente de la Generalitat Valenciana, pese a sus socios incómodos y acostumbrados a lo estridente, ha cultivado sin embargo una imagen presidencial capaz de dar confianza a los propios empresarios valencianos como a los sindicatos.

Este mismo semana Puig conversaba animadamente con el presidente de Mercadona, Juan Roig o el empresarios naviero Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios, durante el acto de apoyo al Corredor Mediterráneo. Y en el Congreso del PSPV va a intervenir Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, el presidente de Balearia, Adolfo Utor (siempre muy cercano al PSOE) o representantes de la patronal hotelera HOSBEC.

Después de la fiesta del socialismo Benidorm vendrá la resaca y el gran dilema: ¿habrá o no habrá elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana antes de 2023? El gran run run que cada día va creciendo al calor de las encuestas y de los movimientos que puedan hacer otros presidentes autonómicos. A día de hoy las últimas encuestas señalan un empate casi técnico entre los bloques de izquierda y derecha, algunas situando la ventaja en el actual pacto de izquierdas del Botànic. Puig podría adelantar las elecciones al año que viene antes de que el bloque de derechas se consolide y el PPCV de Carlos Mazón siga creciendo como señalan los sondeos. Esperarse a 2023 puede ser demasiado tarde.

Puig en este supuesto adelanto electoral que podría ejecutar en 2022 tiene en cuenta otros factores: la recuperación económica, que según presidencia de la Generalitat es percibida mejor entre los valencianos, algo que juega a favor del presidente al presetarse como garante de gestión tras la pandemia del COVID.

El otro factor es que otros presidentes como el andaluz Juanma Moreno convoquen elecciones. Puig podría hacer coincidir las elecciones valencianas con las andaluzas o ponerlas antes. Esperarse a después o al 2023 puede suponer el riesgo de que Moreno obtenga muy buen resultado y revalorice la marca PP como a pasado ya con Ayuso.

Y en el retrovisor del socialismo valenciano queda por ver qué pasa con Compromís y Podemos, si cuaja la idea de que vayan en una plataforma conjunta sacudiendo el tablero político y plantando cara al PSOE. Lo que si tienen claro en el entorno de Puig es que esta vez no van a unir su suerte con la de las elecciones generales como la otra vez, esta vez es Sánchez quien más se beneficia de Puig y no al revés

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