Los "poderes" de Juanma Moreno: las claves de su éxito y lo que irrita al PSOE
El fin de semana de azahar y lunares del congreso del PP en Granada termina con unas sevillanas de los Presidentes autonómicos de Andalucía y Madrid.
Sin farolillos ni coches de caballos, a algunos no les hace falta nada más que ganas y decisión para arrancarse por sevillanas. Así de claro lo han dejado Juanma Moreno Bonilla e Isabel Díaz Ayuso este fin de semana en el congreso de su partido donde el presidente de los andaluces miró "Cara a Cara" al aforo popular que le esperaba en Granada. Como dice la letra de la famosa canción de los Requiebros, "Mírala cara a cara, que es la primera/Y la vas seduciendo a tu manera/Esa gitana/Se conquista bailando por sevillanas". Y la conquistó. El de San Telmo sabe que las sevillanas son una forma de relacionarse, un punto de encuentro, un cortejo y no dejó escapar la oportunidad.
El tablao no era sencillo. Antes de la guitarra sonaron audios indiscretos del socio de Bonilla en la Junta. Y entonces llegaron las llamadas, como un "quejío", para pedirle al presidente andaluz que se distanciara de su socio naranja. Ya sabemos que no convencieron y Juan Marín fue invitado, recibido y arropado por los populares que bailaban en casa Las Miradas del compositor Rafael Estad: "Porque puedes encontrar, una piedra en el camino y la puedes tropezar y cambiar ese destino al que tú quieres llegar".
Y llegó, nada más y nada menos que a los brazos de la Junta y del Partido Popular. Coge la manzana, la muerde y la tira y, dice que volverá sin salirse de Ciudadanos, el partido que lidera la andaluza Inés Arrimadas y que el propio Marín acusa de ponerle piedras en el camino.
"Prepara las maletas Bonilla porque llegamos a San Telmo"
Es el poder de Moreno Bonilla. Para bailar y seducir el andaluz no tiene rival. Eso son las sevillanas, en cuatro partes, poco a poco, de menos a más, hasta rematar la unión con un aplauso. Así ha conseguido ser el séptimo presidente andaluz de la historia democrática y el primero que no pertenece al PSOE-A. Eso irrita, duele y hace sacar "los palillos" a la verdiblanca más fervorosa y genuina del Gobierno de Pedro Sánchez.
"Prepara las maletas porque llegamos a San Telmo", le dice María Jesús Montero al inquilino de dicho palacio sevillano mientras éste reafirma la estabilidad y fortaleza de su coalición de gobierno canturreando las populares sevillanas Ay mi Granada de Los Romeros de la Puebla en honor a su magnífica ciudad, "Soñando voy por Granada, cautivo de un sueño moro". Un sueño que se hizo realidad el 18 de enero de 2019 cuando obtuvo los apoyos de Ciudadanos y Vox para ocupar la presidencia de la Junta de Andalucía tras cuarenta años de gobierno ininterrumpido de socialistas.
Susana Díaz, como Carmen la de los pinares va por el Senado con la foto del Marqués
Cuatro lustros dan para mucho, como las cuatro partes del baile del sur que te va empoderando poco a poco hasta hacerte creer invencible. El feudo socialista campó a sus anchas mientras los nacionalistas construían la Cataluña víctima y los populares triunfaban en la Valencia golosa o en el Madrid altanero.
Aunque para chulería la sevillana, que encontró a su máxima representante en Verónica Pérez, ahora secretaria primera del Parlamento de Andalucía, cuando el 29 de septiembre de 2016 nos regaló una de las mejores frases de la política contemporánea: "Yo soy la única autoridad", proclamándose a si misma la reina del mambo en Ferraz para defender a su lideresa Susana Díaz, la misma que ahora va como Carmen la de los pinares por el Senado con la foto del Marqués pensando en lo que puedo haber sido y no fue.
El poder perpetuo endiosa a quienes se instalan en él y no conciben una vida fura del mismo. Durante años vimos hacer y deshacer desde Sevilla. Como cantaba Manuel Pareja Obregón lo hacía también el PSOE de Verónica Pérez con la canción Que también es de Sevilla "y Sevilla por tener, tiene la gloria en su mano: a Jesús del gran poder, que también es sevillano". Tierra de cofrades y devoción, la sociedad andaluza confundió poderes y otorgó divinidades durante años como quien baila por sevillanas siguiendo los pasos de la academia y no del corazón. Así las continúa bailando el alcalde de Sevilla Juan Espadas que, con 21 años de carrera en la Junta de Andalucía en su currículum, confiamos "no le prenda fuego a Sevilla como Nerón a Roma", rezan las fabulosas sevillanas bíblicas de Paco Toronjo: "Por envidioso, qué pena el ser humano que es ambicioso, qué pena el ser humano".
El congreso andaluz es tan español como la pena, la envidia y los celos
La pena y la envidia son tan made in Spain como el propio baile que cantamos hoy. La sevillana es tomada en el extranjero como un elemento diferenciador de España desde que en el siglo XVIII la aristocracia madrileña mirara hacia el sur buscando un elemento singular para oponerse a las modas provenientes de Francia. Hoy es la presidenta madrileña la que mira al sur para alinearse contra las fuerzas extranjeras de su propio partido que les quieren restar mérito. Pablo Casado observa el baile de Bonilla y Ayuso.
El consejo de la líder madrileña a su compañero andaluz para convocar elecciones a su gusto sin mirar al centro levanta pelusa en Génova donde Pablo Casado podría tararear la popular sevillana de Chiquetete dedicada a la Puerta Toledo ("A la puerta de Toledo, madre le tengo celos. En este mundo se pagan mare todas las cosas..."). Los celos, muy españoles también.
A la presidenta Díaz Ayuso no se le escapa que los bailes del sur fueron tomados como elementos idiosincrásicos y que el folclore andaluz (y en concreto el sevillano) te elevan a icono, no ya como andaluz, sino como español. Y se arranca, sin metodología pero con pasión. Mejor así, esas son las buenas, las auténticas, cuando una "vuela libre" sin retirar la mirada de su pareja de baile. Así puedes atreverte incluso con las de Clara Montes: "Cuando suspiro, hasta el aire me amarga si no te miro ¡Ay que tormento que me duele hasta el aire si no te siento!". Una canción hermosa, la favorita de mi turba.