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Andalucía: el pistoletazo de salida en las estrategias de Sánchez y Casado

Las previsibles elecciones autonómicas en Andalucía abren la puerta a estrategias políticas marcadas por el papel de Vox y la bajada de Ciudadanos

Pedro Sánchez y Pablo Casado

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Más allá de la voluntad del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, de alargar todo lo posible el ciclo electoral en Andalucía, ya nadie, ni en Andalucía, ni en los cuarteles generales de los grandes partidos nacionales, en Madrid, cree que las elecciones andaluzas puedan retrasarse más allá de la próxima primavera.

De ahí que todos perfilen sus estrategias aunque, según se lamentan algunos dirigentes territoriales, con las miras puestas más en la repercusión de los comicios andaluces a nivel nacional que en el propio resultado e impacto en el territorio afectado. Desde el PP de Pablo Casado, acarician la victoria que le otorgan todas las encuestas y sondeos publicados y se relamen pensando en el golpe que asestarán al PSOE de Pedro Sánchez, cuando exhiban la victoria del PP andaluz, revalidada y ampliada tras más de 40 años de gobiernos socialistas en Andalucía.

Para la dirección nacional del PP, la hipotética victoria popular y el mandato revalidado de Moreno Bonilla es la primera y quizás más importante victoria a exhibir como preámbulo del triunfo que saboreará Casado en las próximas elecciones generales. Moreno Bonilla, sabedor de que el “botón rojo electoral” lo tiene él y solamente él, ha aguantado el tirón y se ha resistido a un adelanto que, si bien le concederá la posibilidad de revalidar su mandato al frente de la Junta de Andalucía, también puede interrumpir abruptamente la luna de miel en la que vive, en su coalición de gobierno con Ciudadanos y su líder andaluz, Juan Marín.

El tándem Moreno-Marín, PP-Cs, ha cuajado en Andalucía y ha permitido un gobierno estable y alejado de los extremismos. Sin embargo, Moreno Bonilla y los populares saben que, de adelantarse las elecciones, es probable que el retroceso de Cs les haga caer en una dependencia mayor si cabe de VOX. Sin una representación potente del partido de Inés Arrimadas, liberal y moderado, las cosas se le complican al presidente Moreno. Probablemente, no su investidura, pero sí el día a día, que podría estar tan o más condicionado por VOX y la que parece será su candidata y lideresa, Macarena Olona, como lo está Sánchez por Unidas Podemos, ERC y hasta Bildu.

Moreno Bonilla y los populares saben que, de adelantarse las elecciones, es probable que el retroceso de Cs les haga caer en una dependencia mayor si cabe de VOX

Fuentes regionales del PP señalan a EsDiario que “la visualización de una dependencia excesiva de VOX puede ser contraproducente para el PP a nivel nacional… quizás no era tan buena idea acabar con Ciudadanos”. Creen las fuentes consultadas que el gobierno de Moreno con Cs no da miedo a nadie, pero que la irrupción de VOX en el Ejecutivo o la dependencia absoluta de Moreno Bonilla de la formación de Santiago Abascal, sí puede no sólo dar miedo, sino movilizar a buena parte del electorado socialista, que en 2018 optó por la abstención o recondujo su voto hacia Cs.

Para VOX, la ocasión la pintan calva. Prueba de ello es que ha sido la formación verde la que ha bloqueado las cuentas andaluzas en un momento en el que se necesita tener unos presupuestos para programar la salida de la crisis y para preparar todos los proyectos que habrá que presentar para hacerse merecedores del maná de los fondos europeos. A VOX, pese a todo, le conviene el adelanto electoral y lo intenta forzar.

Al PSOE andaluz, por ser francos, no le ayuda un adelanto electoral en el que no parece que tenga mucho que ganar y que le obliga a precipitar decisiones y selecciones de candidatos. Pero desde la madrileña calle Ferraz ya han empezado a hacer cálculos y a arrimar el ascua a su sardina, aunque eso deje en las raspas a la sardina de su líder andaluz, Juan Espadas.

El actual alcalde de Sevilla necesita tiempo para que en el resto de provincias le vean como posible presidente de todos los andaluces, pero a Pedro Sánchez no le viene nada mal que se visualice una unión fuerte de PP y VOX antes de sus elecciones, no solo de cara al electorado que antes fue socialista y tal vez vuelva a la cofradía del puño y la rosa, no ya por ilusión, sino por miedo.

Sánchez planea extender la alarma de la “ultraderecha que viene” para captar ese voto que teme una posible llegada al poder de VOX de la mano de un PP débil, necesitado de los votos de la formación de Abascal

En Ferraz cuentan también con obtener alguna “ayudita sutil” procedente de la UE, desde donde se repudia (salvo excepciones como la de Austria) cualquier acceso a los Gobiernos nacionales de la ultraderecha. Sánchez planea extender la alarma de la “ultraderecha que viene” para captar ese voto que teme una posible llegada al poder de VOX de la mano de un PP débil, necesitado de los votos de la formación de Abascal. Y no escatimará en esfuerzos por visibilizarlo a nivel nacional y más allá de nuestras fronteras. La partida está a punto de comenzar y empieza en Andalucía.

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