El plan en que trabaja Moncloa: el semestre europeo soñado por Sánchez
Los fondos europeos y centrarán los movimientos electorales del PSOE mientras trata de frenar el avance de Vox acudiendo a “cordones sanitarios”
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, basa sus aspiraciones de mantenerse en la Moncloa la próxima legislatura en tres ejes: la recuperación económica, que espera que se asiente con mayor fuerza en los dos próximos años, los fondos europeos con los que se va a abonar la economía española y, por último, aunque no menos importante, el escaparate que va a suponer el ostentar la presidencia de turno de la UE desde julio hasta diciembre de 2023. De ahí que el líder socialista no considere la opción de adelantar las elecciones generales y sí la de postergarlas tanto como pueda.
Cualquiera de los dirigentes socialistas consultados por EsDiario es tajante al responder a la pregunta de la posible duración de la presente legislatura. “Sánchez agotará la legislatura, sin duda”, responden todos los consultados y, a renglón seguido, enumeran esas bazas electorales con las que juega el presidente del Gobierno. Ponen especial énfasis en los apoyos y elogios que puede recibir Sánchez por parte de muchos de sus colegas europeos en cada una de sus intervenciones y eventos en tanto que presidente de turno y/o anfitrión. Pero también cuentan con alguna sutil “ayudita” de representantes institucionales de la UE, a quienes preocupa el avance de la extrema derecha en España, al igual que en el resto de Europa.
Representantes tanto de PP como de Cs en instituciones europeas consultados por este diario afirman que, de producirse acuerdos en determinadas autonomías entre PP y VOX “los socialistas, que aprueban presupuestos con independentistas y hasta con Bildu, no dudarán en agitar el discurso del avance de la extrema derecha”. Saben estas fuentes que el avance de la ultraderecha preocupa mucho en Europa, donde salvo en alguna excepción, como la Austria, los partidos se disputan las elecciones y, una vez celebradas, se conjuran para impedir el acceso de la ultraderecha a los gobiernos, como ha ocurrido en repetidas ocasiones en Francia, por ejemplo, con el Frente Nacional, al que se le acaba de plantear otra opción más a la derecha, la de Éric Zemmour.
Esta suerte de “cordón sanitario” es al que piensa apelar Sánchez y sus rivales en la política nacional andan con la mosca detrás de la oreja. La cuestión es que si Cs se extingue o se acerca a su desaparición, dada la fragmentación existente en muchos de los parlamentos autonómicos, el PP solamente podrá aspirar a gobernar con fuertes apoyos de VOX o incluso con gobiernos de coalición con la formación que preside Santiago Abascal.
La cuestión es que si Cs se extingue o se acerca a su desaparición, dada la fragmentación existente en muchos de los parlamentos autonómicos, el PP solamente podrá aspirar a gobernar con fuertes apoyos de VOX
Obviamente, no es el escenario deseado por el líder socialista, pero sí es el que intuye Sánchez que tiene más posibilidades de producirse. De hecho, en el entorno de Sánchez admiten que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha logrado en poco tiempo labrarse un perfil “moderado e institucional” que va a ser muy difícil de combatir por el socialista Juan Espadas. Por todo ello, el presidente del Gobierno pretende visibilizar todo lo posible los hipotéticos acuerdos entre PP y VOX y esgrimir ante sus colegas europeos la “amenaza” del avance de la ultraderecha.
Lógicamente, Sánchez no espera pronunciamientos explícitos en su favor de aquellos que no forman parte de su familia política, pero sí elogios más sutiles que pongan de relieve la imagen del presidente español a ojos del resto de Europa y, por el mismo precio, ante los ojos de esos antiguos votantes del PSOE que serían susceptibles de volver a depositar su voto convenientemente estimulados con el grito de “que viene la ultraderecha” y la sobreexposición a ciertos gestos elogiosos procedentes de algunos líderes europeos y dirigidos a España o a su presidente.
Como ejemplo de las “ayuditas” soñadas y esperadas por Sánchez ponen los suyos la visita celebrada el pasado agosto a la base aérea de Torrejón de Ardoz de la presidenta de la Comisión Europea, la alemana y correligionaria de Angela Merkel, Ursula Von Der Leyen y del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, del Partido de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa. Von der Leyen no dudó en elogiar la tarea realizada por España (y su presidente Sánchez, a quien tenía a su vera en la comparecencia) y distinguirla como “ejemplo del alma europea”. ¿Se imaginan un semestre plagado de este tipo de actos, felicitaciones y parabienes para el presidente español y de la UE? Pues Sánchez sí. Y no se va a perder su semestre de gloria.