El golpe de mano en CyL mete presión a Ximo Puig para el adelanto en Valencia

El año de 2021 se despide con una sorpresa electoral que marcará el inicio de 2022: el adelanto de las elecciones en Castilla y León que tendrá lugar el 13 de febrero. El seísmo que ha provocado el presidente castellano leonés, el popular Alfonso Fernández Mañueco, podría tener réplicas en otras comunidades autónomas como la Comunitat Valenciana donde el run run de un adelante es constante desde hace meses pese al esfuerzo del presidente valenciano, Ximon Puig, por negarlo.

Lo que sí está claro que en el Palau de la Generalitat en Valencia van a mirar muy de cerca qué pasa en Castilla y León para tomar una decisión. Sobre todo, si durante el año 2022 se adelantan también las elecciones en Andalucía, algo que los analistas daban antes por seguro que el adelanto electoral en Castilla y León, ya que en la comunidad que preside Juanma Moreno no se han aprobado los presupuestos y partidos que podrían apoyar al gobierno andaluz como Vox presionan para el adelanto.

Ximo Puig se podría ver obligado a apretar el botón electoral. Las convocatorias de Castilla y León y posiblemente de Andalucía le condicionan notablemente. El presidente de la Generalitat Valenciana podría aprovechar para convocar elecciones a la vez y evitar así que PP y Vox sigan creciendo en las encuestas, como ha publicado ESdiario, donde ya rozan la victoria a la izquierda.

Si Puig opta por esperar, corre el riesgo de que ‘sea demasiado tarde’. Una victoria contundente del PP en Castilla y León y de Juanma Moreno en Andalucía, donde las encuestas les dan muy buenas perspectivas, revalorizaría la ‘marca PP’ como ya pasó con la victoria de Ayuso y los populares de la Comunitat Valenciana, con su nuevo líder al frente Carlos Mazón, podrían conseguir ese impulso necesario para obtener junto con Vox la cifra mágica de los 50 diputados que les abra el Palau de la Generalitat.

Haga lo que haga Puig, si opta por adelantar y coincidir con otras autonomías o por aguantar hasta 2023, es una decisión que viene condicionada por los movimientos de otras comunidades autónomas y por el panorama nacional, y debe saber mover bien su ficha en el tablero. Una ficha que tendría consecuencias en el sanchismo, ya que lo haga el baron valenciano puede condicionar a otros presidentes socialistas. Sobre todo si la jugada le sale bien… o mal.