Sánchez enfada a todos los presidentes con su tibia respuesta contra ómicron
El presidente se limita a proponer mascarilla obligatoria en exteriores y su mantra de las vacunas. Y se lleva la bronca de Feijoó, Moreno, Ayuso, Urkullu y hasta de Aragonés, su socio
Y al final, parió un ratón. Como ha transitado durante toda la pandemia; tarde, mal y arrastrado por los presidentes autonómicos -con Isabel Díaz Ayuso marcando el camino-; y a 48 horas de la Nochebuena, Pedro Sánchez ha afrontado este miércoles por fin el inquietante órdago de la variante ómicron en la Conferencia de Presidentes que no pensaba reunir y a la que se ha visto obligado con España de nuevo al borde del precipicio del riesgo alto de incidencia acumulada.
Y de la cita telemática convertida en las horas previas en una jaula de grillos de propuestas de todo tipo por la falta de un plan específico elaborado desde el Ministerio de Sanidad o de la propia Moncloa y 17 propuestas distintas de las autonomías, ha salido una respuesta tibia, criticada por los autonomías y con una conclusión: la mascarilla vuelve a ser obligatoria en los exteriores. Sánchez ha cedido así a las exigencias lideradas por el lendakari, Íñigo Urkullu, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoó, apoyados por varios presidentes más.
Mascarilla y militares
Un Real Decreto establecerá de nuevo la obligatoriedad de uso de las mascarillas en exteriores. La otra gran medida anunciada por Sánchez ha sido el refuerzo de los dispositivos de vacunación con personal de las Fuerzas Armadas.
El Gobierno ha propuesto la intensificación y aceleración del proceso de vacunación y ha puesto encima de la mesa los siguientes objetivos: Que el 80% de la población entre 60 y 69 años esté vacunada con la tercera dosis antes de que finalice el año; que el 80% de entre 50 y 59 años lo esté en la semana del 24 de enero y que el 80% de entre 40 y 49 años tenga la dosis de refuerzo en la primera semana de marzo.
Además que el 70% de los niños entre 5 y 11 años cuente con la primera dosis pediátrica en la semana del 7 de febrero y que el 70% tenga la segunda dosis pediátrica en la semana del 19 de abril.
Otra de las medidas será la contratación de personal sanitario jubilado y prejubilado y la habilitación para la contratación de profesionales con título de especialista obtenido en Estados no miembros de la Unión Europea. Sánchez ha informado a los presidentes autonómicos que el Consejo de Ministros extraordinario de este jueves aprobará un "refuerzo de recursos humanos", que se articulará a través de la contratación de este personal sanitario jubilado.
Test de antígenos como Ayuso
Sánchez ha informado a los presidentes autonómicos que se emitirán autorizaciones temporales para permitir la venta en farmacias de determinados test de antígenos de uso profesional para que estén a disposición de toda la población. Una iniciativa que sigue la estela de la decisión que anuncio hace ya semanas la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
También ha recordado que las personas que hayan tenido contacto directo con un contagiado no deberán realizar la cuarentena en caso de estar vacunadas con pauta completa, y que, a partir del 1 de febrero, el certificado Covid tendrá un caducidad de nueve meses desde la fecha de la administración de la última dosis.
Feijoó, Moreno, Ayuso, Urkullu y Aragonés, críticos
Los presidentes de Madrid, Galicia, Andalucía, País Vasco y Cataluña, han respondido a las propuestas de Sánchez y le han advertido de que imponer la mascarilla en exteriores y la tercera dosis de la vacuna no son medidas suficientes.
Tanto Alberto Núñez Feijóo, como Juan Manuel Moreno y Pere Aragonés han planteado durante su intervención que se cree un Fondo Covid para hacer frente al gasto en el que están incurriendo las regiones para frenar la pandemia.
Además, los presidentes de Galicia y Andalucía han reclamado una Ley de Pandemias al Gobierno, mientras que Íñigo Urkullu ha reclamado mayor seguridad jurídica que respalde las medidas que adoptan las Comunidades. De hecho, ha propuesto volver a limitar los horarios de cierre de la hostelería a las 23:30 horas en el caso de los restaurantes y el aforo al 60 por ciento con un máximo de 10 comensales por mesa.
Mientras que el presidente gallego ha propuesto que se extienda la exigencia de test diagnósticos en los aeropuertos y las estaciones de trenes a los viajeros españoles, no solo a los extranjeros y ha planteado la no celebración de cotillones de Navidad o Cabalgatas de Reyes porque asisten niños que aún no están vacunados.
Hasta el principal socio del Gobierno, Pere Aragonès, ha tachado de "claramente insuficientes" las medidas que Sánchez ha propuesto. Y ha difundido un comunicado en el que el presidente catalán ha explicado que del mismo modo que había hecho previamente Urkullu, él ha pedido medidas "más valientes, coordinadas, y en toda España, con los matices convenientes adaptándose a la realidad epidemiológica de cada territorio".
Cumbres "periódicas"
Pero Sánchez ha vuelto a marear la perdiz. Ha propuesto, eso sí, reuniones periódicas de la Conferencia de presidentes mientras dure esta sexta ola. Hace unos meses, en uno de sus habituales ejercicios de propaganda, el líder del PSOE dio al virus por "derrotado".
Pero este miércoles se ha desdicho, reculado y bajado a la cruda realidad. Como ha escrito gráficamente el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla: "Volvemos al pasado". "No hemos regresado a marzo del año pasado porque la variante es distinta. No vamos a aplicar las medidas de entonces", ha dicho Sánchez.