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Bruselas desmiente a Sánchez: las vacunas no frenan a ómicron y aumentan muertes

Mientras el presidente alardea de dosis inyectadas, Bruselas avisa que no blindan frente a la nueva variante y exige teletrabajo, mascarillas, distancia…

Sánchez en Bruselas, junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

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Desde la aparición de ómicron la Unión Europea ha reiterado a Pedro Sánchez que la vacunación no sirve para frenarla. Y la secuela es obvia: “Incluso si la gravedad de la enfermedad causada por ómicron es igual o menor que la gravedad del delta, el aumento de la transmisibilidad y el crecimiento exponencial resultante de los casos superarán rápidamente cualquier beneficio de una gravedad potencialmente reducida.

Por tanto, se considera muy probable que ómicron provoque más hospitalizaciones y muertes, además de las ya esperadas en previsiones que sólo tienen en cuenta delta”.

La evidencia científica de la UE muestra “una capacidad de neutralización reducida de los sueros de los receptores de la vacuna y los sueros de convalecientes contra ómicron VOC en comparación con otras variantes del SARS-CoV-2. Además, todavía hay datos insuficientes de la vida real sobre la eficacia de las vacunas autorizadas en Bruselas contra ómicron”.

El pasado 19 de diciembre, cuatro días después del segundo aviso de la UE sobre la reducida o dudosa eficacia de las vacunas contra ómicron, Sánchez aún insistía en “vacunar, vacunar y vacunar”. Lo decía un mes después de que la UE avisara de que las vacunas no protegían de ómicron, y que debía recurrir a las medidas clásicas preventivas (distanciamiento, mascarillas, evitar concentraciones, seguimiento de contactos...)

Días más tarde el presidente concedía recuperar la mascarilla en exteriores y al Ejército para rastrear y vacunar. Como en 2020, Sánchez leía tarde lo que escribía la UE. Véanse los avisos comunitarios sobre ómicron.

Inmunidad

“Ómicron es la variante más divergente durante la pandemia hasta ahora. Suscita serias preocupaciones de que pueda estar asociada con una reducción significativa en la eficacia de la vacuna y mayor riesgo de reinfecciones.”.

Más transmisible

“El rápido ritmo de reemplazo de delta por ómicron en Sudáfrica genera preocupaciones de que esta variante sea significativamente más transmisible que delta. Además, la alta tasa de crecimiento observada podría deberse al escape inmunológico”.

Pedro Sánchez en Bruselas, en el último Consejo Europeo.

El pasado 20 de diciembre, Fernando Simón, aún negaba que lo que ocurría en España (disparo de hospitalizaciones, contagios y muertes) se debía a ómicron. Lo decía cinco días después de que la UE certificase lo que ya vaticinó un mes antes: “Aunque los casos de ómicron notificados inicialmente en la UE estaban relacionados con viajes, ahora se registra un número creciente de casos adquiridos dentro de la UE/EEE, incluso como parte de grupos y brotes.

Los casos también se están detectando mediante un muestreo representativo en los sistemas de vigilancia de rutina. Esto indica que la transmisión comunitaria ya está en curso en los países de la UE/EEE y que se espera un rápido aumento adicional en el número de casos de ómicron en los próximos dos meses”. Los casos confirmados en España, punta de iceberg, pasaron de cero a 51 en un mes.

La UE desmentía a Simón

“Esto indica que la transmisión comunitaria ya está en curso en los estados miembros de la UE/EEE. “Entre el 26 de noviembre y el 12 de diciembre de 2021, al menos 11 países de la UE / EEE notificaron varios clústeres y/o brotes, incluidos Bélgica [14], Chipre [15], Croacia [16], Dinamarca [17] y Finlandia [18]. , Francia [19], Islandia [20], Irlanda, Italia [21], Noruega [22], Portugal [23], Rumania [24, 25] y España [26].

Los clústeres están relacionados con reuniones familiares, equipos deportivos, reuniones de empresa, conferencias y celebraciones navideñas. En un gran brote notificado en Noruega, la mayoría de los participantes habían recibido dos dosis de vacuna [22]. También se informó que se habían vacunado casos en otros grupos (por ejemplo, Rumania [24])”. Era un doble desmentido: sí circulaba ya ómicron en España y había pruebas empíricas de su burla a las vacunas.

La UE fulminaba la propaganda sanchista: “Ómicron genera menos casos graves y muertes”. La realidad prueba, según expertos consultados, que esta variante, al decuplicar los contagios, hace que enfermen más españoles vulnerables y aumenten las muertes pese a su menor agresividad. Cada infectado de ómicron actúa como el supercontagiador rara avis en delta. Nada más grave que la muerte. Y llevamos 1.600 muertos en esta última ofensiva del virus.

Rápida propagación

“Dado su potencial de escape inmunológico y su posible ventaja de transmisibilidad en comparación con delta, ómicron puede tener la capacidad de propagarse rápidamente una vez introducido en la UE, lo que hace que la probabilidad de propagación sea alta.

"Si se adquiere la infección con la nueva variante, es probable que al menos una parte de la población experimente grave enfermedad. Es probable que las mismas poblaciones con mayor probabilidad de resultados graves de otras variantes del SARS-CoV-2 (ancianos, con comorbilidades) tengan resultados graves debido a ómicron”.

“La presencia de múltiples mutaciones en ómicron indica una alta probabilidad de escapar de la protección mediada por anticuerpos.

Vacunación

Las vacunas disponibles actualmente pueden ofrecer cierto nivel de protección contra la hospitalización y la muerte. Se insta a los países a dar la máxima prioridad a las personas que permanecen sin vacunar o aún no completamente vacunados. Aumento de la cobertura de vacunación COVID-19 en todas las edades y grupos, pero particularmente en los ancianos, en los vulnerables y en los trabajadores de la salud.

Deben considerar una dosis de refuerzo para los mayores de 40 años, dirigida a los más vulnerables y los ancianos primero. Los países también podrían considerar una dosis de refuerzo para los adultos de 18 años y mayores seis meses después de la finalización de la serie primaria para aumentar la protección contra la infección debido a inmunidad menguante, que potencialmente podría reducir la transmisión en la población y prevenir más hospitalizaciones y muertes”.

Sanidad aprobó la revacunación para mayores de 40 años veinte días después del primer aviso de la UE. El gobierno sigue sin presionar a los que rehúsan vacunarse. Ni ofrece apoyo legal al pasaporte sanitario, al albur de lo que diga la justicia en cada comunidad, ni promueve la obligatoriedad de la vacuna. La UE no combate la vacunación, todo lo contrario. Pero sí matiza que no es el arma decisiva frente a ómicron, sino las medidas no farmacéuticas que exige mes a mes desde que surgió la variante.

Medidas no farmacéuticas

“Incluso antes de la aparición de ómicron, el mantenimiento o la reintroducción de las NPI (medidas no farmacéuticas), incluso en países con alta absorción de la vacuna, se consideró vital para reducir la transmisión. La implementación oportuna de las NPI es fundamental por su éxito. Uso adecuado de máscaras faciales, teletrabajo y modificaciones operativas que reducen el hacinamiento en el transporte público, además de garantizar una ventilación adecuada en los espacios cerrados y el mantenimiento de la higiene.

Las medidas se pueden implementar inmediatamente. Establecer límites para el número de participantes en eventos sociales y públicos. Durante las celebraciones de fin de año apoyar los esfuerzos de distanciamiento físico.”.

Un mes después del primer aviso de la UE sobre la expansión de ómicron, Sanidad seguía sin tomar medidas sobre ventilación de locales, hacinamiento en transportes, teletrabajo y concentraciones. Ni tenía suficientes test. Y la población relajaba precauciones porque su Gobierno le había convencido de que no tenía nada que temer: ómicron era leve y su vacuna le protegía.

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