El engaño fiscal de Sánchez: todos bajan mientras él cobra más que nadie
Mientras paises como Alemania reducen su presión fiscal, en España se sigue aumentando esa presión pese a la pandemia
Hasta al menos 2018, se comprometió reiteradamente en público a no subir los impuestos a la "clase media trabajadora". Fue en vano. En el último año, ha aplicado o anunciado hasta tres "palos" fiscales que quiere rematar con el mayor sablazo que se recuerda en todas las capas sociales.
El Gobierno trata de instalar en la opinión pública el relato de que en España se pagan pocos impuestos, comparando el impacto de la recaudación fiscal en proporción al PIB con el del resto de Europa para concluir que aquí supone 7 y hasta 8 puntos menos.
El problema para el Gobierno es que esa "premisa" es falsa: en España se pagan más impuestos que en la práctica totalidad de Europa y del mundo, lo que combinado con la peor recesión del continente perfila un paisaje terrible para el bolsillo.
El truco es esconder el "esfuerzo fiscal" y sustituirlo por la llamada "presión fiscal" para comparar el 41% sobre el PIB que España recauda por impuestos con el hasta el 50% que logran ingresar los países del entorno.
Alemania reduce su carga fiscal
El titular alemán de Finanzas, el liberal Christian Lindner promete rebajas fiscales de más de 30.000 millones de euros en esta legislatura, al tiempo que llama al resto de ministros a la austeridad. Lindner propone, por ejemplo, que las pérdidas registradas en 2022 y 2023 puedan compensarse con los beneficios de años anteriores, porque "nadie debería verse abocado a la ruina por las deudas fiscales contraídas durante la pandemia".
Mientras, en España, coches, viviendas y planes de pensiones, además de las empresas, son los afectados por las subidas de impuestos que trae 2022 ya desde el 1 de enero. Así lo establecen los Presupuestos Generales del Estado, que incrementan el varapalo a los planes de pensiones que se inició en 2021, y que imponen un tipo mínimo del 15% en el Impuesto sobre Sociedades.
Estas dos medidas prevén recaudar cerca de 500 millones de euros. A lo que se suma que vuelve la subida del Impuesto de Matriculación que congeló el Congreso en julio, que encarece la compra de un vehículo hasta 1.000 euros.