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Sánchez saca al PSOE de su letargo para darse un homenaje, pero veta el debate

Tres meses después del 40 Congreso, el presidente ha convocado a su Comité Federal, justo a dos años desde su investidura. Pero ni un atisbo de autocrítica y reflexión interna en Ferraz.

Pedro Sánchez, este viernes en Ferraz.

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Tres meses después de su constitución en el 40 Congreso Federal del PSOE en Valencia, Pedro Sánchez ha reunido este viernes de puente al Comité Federal socialista, el máximo órgano del partido entre congresos y el foro en el que Sánchez se comprometió a que se debatiese y autorizase cualquier decisión adoptada tanto desde la Secretaría General como desde el Palacio de la Moncloa. Un autohomenaje justo cuando se conmemoran dos años de su investidura como presidente del Gobierno gracias al Pacto del Abrazo con Pablo Iglesias.



Pero como ha sido una constante en el sanchismo, ese Comité Federal llamado a marcar la guía, ha derivado en un convidado de piedra de las decisiones del inquilino de La Moncloa. Es más, esta primera cita tras el 40 Congreso se ha producido obligada por la preceptiva designación de Luis Tudanca como candidato a las elecciones de Castilla y León el próximo 13-F.


Imagen del Comité Federal semipresencial del PSOE para ratificar a Luis Tudanca como candidato al 13-F en Castilla y León.


Como ha sido habitual desde su llegada a Ferraz, también este viernes el líder socialista ha vetado cualquier intento de autocrítica o de reflexión interna sobre sus pactos. El sanedrin socialista no ha debatido en profundidad ni de la situación de Alberto Garzón en el Gobierno, ni de la presencia de hasta siete socios del PSOE en las marchas proetarras de este sábado, ni del papel decisivo de Bildu como garante de los presupuestos de 2022. Ni siquiera de la irrupción de Yolanda Díaz en las encuestas como nueva esperanza blanca de la izquierda.

"Esto ahora es una misa laica, un amén señor", ironiza un exdirigente socialista con décadas de experiencia en los federales, tanto en la etapa de Felipe González como en la de José Luis Rodríguez Zapatero. Que recuerda, en declaraciones a ESdiario, los comités que se prolongaban durante horas y horas, en los que se acumulaban por decenas las peticiones de palabra para abroncar a la ejecutiva o al líder mismo, y se llegaban a pedir pizzas para amenizar las batallas encarnizadas entre las facciones asistentes.

Endosa la responsabilidad... a los demás

Sánchez, sin embargo, después de meses sin reunir a su sanedrín, ha despachado este esperado Comité Federal con una intervención llena de autocomplacencia, autobombo y ninguna autocrítica.

Más aún, sabedor de que Europa le espera con impaciencia, ha endosado su gran problema y máxima prioridad - la aprobación definitiva de la reforma laboral para su remisión a Bruselas- al resto de partidos y los agentes sociales. "Pido formalmente el apoyo de todos los grupos parlamentarios a la convalidación de la reforma laboral. No habrá acuerdo si todos no cedemos en algo", ha emplazado a sus socios díscolos en este asunto.

Por lo demás, ningún barón ha dicho ni mú a la cara de Sánchez. Eso sí, algunos como Emiliano García Page, ha aprovechado los micrófonos previos a la cita socialista para despacharse a gusto contra Alberto Garzón. Eso sí, puertas afuera.

Pero dentro de los muros de Ferraz, nada nuevo bajo el sol. Pedro Sánchez en estado puro y un PSOE sumiso y aletargado, callando lo que muchos de sus dirigentes claman en privado. Que el pan de Sánchez para hoy, es hambre para el partido, mañana.