Sánchez esquiva el lío de Garzón pese a la rebelión de los barones socialistas

Las palabras de Alberto Garzón cuestionando la calidad de la carne en el periódico británico The Guardian se han colado de lleno en la reunión del Comité Federal del PSOE que se ha reunido este viernes. Sánchez ha pasado de puntillas sobre el asunto, asegurando que "el PSOE cumple con nuestro sector primario, con nuestros agricultores y ganaderos, aprobando la PAC y también aprobando la ley de cadena alimentaria", ha expresado brevemente, pese a que algunos barones socialistas ya se han levantado contra las declaraciones del ministro y la oposición pide su destitución.

El más contundente fue el presidente aragonés Javier Lambán que señaló que quien hace estas declaraciones "no puede ser ministro de España ni un día más". "Estas desgraciadas e insensatas declaraciones son una agresión directa a una parte importante de la economía aragonesa, que se esfuerza por ser competitiva y sostenible", censuró el socialista aragonés, que lo calificó de "insulto a la inteligencia".

Pero tras estas palabras de Lambán la crisis interna en el PSOE no ha cesado y este mismo viernes muchos de los socialistas se han reafirmado en sus posiciones. El presidente de Castilla la Mancha, Emiliano Garcia Page, ha acusado hoy al ministro de Consumo, Alberto Garzón, de "matar moscas con el rabo" como el diablo "cuando no tiene nada que hacer" y le ha pedido que rectifique porque "es de sabios".

Sin embargo, ha sido más comedido que Lambán y no ha querido pronunciarse públicamente sobre si debe dimitir, ya que eso se lo dirá privadamente a Pedro Sánchez. No obstante, el presidente castellano manchego, cree que es necesario pactar con el sector una legislación "en condiciones" que equilibre los intereses medioambientales con los de la producción.

A su llegada a la primera reunión del Comité Federal del PSOE este año, Page ha sido preguntado por los periodistas sobre sus afirmaciones en Twitter sobre el ministro de Consumo. "Lo que quiero es que cambie su criterio", ha exclamado y sobre la posibilidad de que dimita o le cese Pedro Sánchez, ha apuntado que las decisiones del presidente del Gobierno son suyas y él se puedo meter. "Doy mi opinión, no se puede hacer daño a un sector tan importante y sobre todo sin fundamento, me parece de sentido común", ha precisado.

También, aunque más tibio, el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, ha asegurado que entiende que el sector ganadero "se queje y se sienta dolido" por unas declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la calidad de la carne que se produce en España que "probablemente no hayan sido las más correctas y no se han explicado bien".

Espadas ha manifestado, en relación con las peticiones de dimisión de Garzón que se han producido, que a él no le "corresponde entrar en esa cuestión". Además, ha intentado desmarcarse del asunto al asegurar que podemos seguir en esta polémica y debate todo "lo que se quiera, pero los problemas de los españoles y de los andaluces son otros en este momento".

El PSOE se desmarca asustado por la repercusión electoral en Castilla y León

Pero en medio de esta polémica, además, hay un frente electoral abierto, el de Castilla y León, con unos comicios señalados para el próximo mes de febrero y en el que el PSOE se juega mucho, por lo que han intentado desmarcarse de las declaraciones del ministro.

El líder de los socialistas en la región, Luis Tudanca, ha asegurado hoy que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, "se ha equivocado" al afirmar que se maltrata a los animales en las macrogranjas de España y ha calificado de "inoportunas e inconvenientes estas palabras".

Aún así, desde el PSOE conscientes de la reciente cita electoral, se intenta utilizar la polémica para lanzarla contra el PP. El propio Tudanca ha cargado contra los populares acusándoles de "hipocresía" por no haber hecho "nada por el campo en CyL" y ha apostillado que "en esta polémica que en un momento determinado puede generar la confrontación que permanentemente busca el PP en cualquier cuestión, a mí no me va a encontrar", ha sentenciado.

Igualmente, el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, ha criticado este viernes que "algunos" incrementen la polémica en torno a las palabras del ministro de Consumo para poder "tensionar" al Gobierno, aunque ya ha quedado claro el sentir general de algunos de los barones del propio partido socialista al exigir su destitución.

Sánchez, maniatado por Podemos

Sin embargo, pese al clamor general Sánchez parece maniatado, ya que la cuota de poder de Podemos en el Ejecutivo ya la dejó blindada Pablo Iglesias. Podemos y solo Podemos tiene la capacidad de elegir quiénes ostentan las carteras moradas en el Ejecutivo y no están dispuestos a dejar caer a Garzón.

De hecho, pese a que desde Moncloa se ha intentado vender una y otra vez que las declaraciones del ministro fueron realizadas con carácter personal, los morados se reafirman y defienden al ministro de Consumo. El presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso y líder de los comunes en la Cámara Baja, Jaume Asens, ha reiterado este viernes que Garzón "habla como Gobierno y no a título personal".

El ala socialista se desmarca de Garzón

Mientras sus compañeros en el Consejo de Ministros intentan hacer malabares a la hora de pronunciarse sobre el asunto. El último ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, que se ha limitado a responder que "tenemos un sector ganadero con una altísima calidad profesional y de producción ganadera, somos un país que estamos a la vanguardia en cuanto a profesionalidad y calidad".

Por su parte, la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, ha vuelto a manifestar que el Gobierno es "contundente" en el apoyo al sector ganadero de este país, pero no ha querido opinar acerca de si el ministro debería seguir al frente del Ministerio. Yo creo que he sido muy clara, que el apoyo del Gobierno al sector primario es absolutamente fundamental", ha respondido a la pregunta.

Sin embargo, Sánchez ha preferido centrar su discurso en otro asunto, el de la aprobación de la reforma laboral, encomendándose de nuevo a sus socios en el Congreso de los Diputados para lograr sacarla adelante, obviando una polémica que cerca a su Gobierno y que ha puesto a los ganaderos en pie de guerra.