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'Frankenstein' se rebela contra Sánchez dejando la reforma laboral en el alambre

Los partidos independentistas han firmado un comunicado conjunto en el que muestran su 'no' rotundo al texto pactado por el Gobierno con los agentes sociales.

La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, y el diputado del BNG, Néstor Rego, observan la intervención de la portavoz de la CUP en el Congreso, Mireia Vehí.

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Andrea Jiménez

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Los principales partidos independentistas que sustentan la mayoría parlamentaria del Gobierno han dado un ultimátum a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. Los miembros de la llamada 'coalición Frankestein' quieren modificar el texto de la reforma laboral si no, no pondrán sus votos al servicio del Ejecutivo, dejando la legislación en el alambre, pues una vez que el PP ya ha mostrado su negativa a respaldarla, los números no salen.

Esquerra Republicana (ERC), EH-Bildu, la CUP y el BNG han tirado de toda la pompa y boato posible para mostrar su negativa a la reforma laboral. Juntos, han escenificado este jueves en el Congreso un frente común para reafirmar su rechazo a la reforma laboral en caso de no aceptar el Gobierno negociar cambios y mejoras en el decreto ley acordado con la patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT.

En una declaración conjunta presentada en el Congreso, representantes de las cuatro formaciones han expresado su "absoluta y sincera voluntad para abrir un diálogo y negociación con el Gobierno" y alcanzar un acuerdo para "una reforma laboral ambiciosa, que dé respuesta a las peticiones y expectativas de las personas trabajadoras y cumpla con la palabra dada a la mayoría trabajadora".

Y es que, a su juicio, la reforma laboral que debe someterse a votación la próxima semana en el Congreso "no constituye la derogación de la reforma laboral del 2012" y, aun valorando medidas incluidas contra la temporalidad y la precariedad, consideran que estas "son totalmente insuficientes para alcanzar el objetivo de restituir los derechos laborales básicos arrebatados".

Pese a señalar que cada formación es autónoma a la hora de decidir el sentido de voto para la convalidación o derogación del decreto ley el próximo jueves, tanto el portavoz laboral de ERC, Jordi Salvador, como los portavoces de EH-Bildu, Mertxe Aizpurua; la CUP, Mireia Vehí; como el diputado de BNG, Néstor Rego, han confirmado que si el Gobierno no se compromete a realizar cambios en la reforma, su voto será negativo.

Los motivos de su 'no' a la reforma

Entre las propuestas que estas formaciones han detallado está la prevalencia de los convenios autonómicos, la recuperación de la indemnización de 45 días por despido improcedente y los salarios de tramitación, la vuelta de la autorización administrativa para despidos colectivos o la prioridad total de los convenios de sector sobre los de empresa.

Salvador ha criticado que "personas muy importantes del Gobierno", sin citarlas, hayan asegurado "que no se va a tocar una coma" del acuerdo, ejerciendo "el veto". Un grupo de personas en el que no encuadra a la vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz, con la que ha reconocido que "el tacto es diferente" y en la que detecta "un intento" por acercar posiciones.

"Ha habido intercambios, propuestas, hay cosas en las que se puede llegar a acuerdos", ha reconocido, si bien ha señalado que, para mover su posición actual del rechazo, esas propuestas de deberían "acabar de perfilar" y "blindar".

El PSOE no quiere modificarla

Sin embargo, desde Moncloa ya han mostrado su negativa a modificar la norma, abriendo incluso la puerta a Ciudadanos, lo que complica aún más los cálculos, pues la entrada de la formación naranja, podría, según explicó la vicepresidenta Yolanda Díaz, aumentar aún más la tensión entre los socios, pues expulsaría del tablero a algunos partidos de izquierda.

Edmundo Bal, por su parte, ha inistido en el que Gobierno no puede ser rehén del independentismo, ni ceder al "chantaje" al que se está viendo sometido, ya que, a su juicio, "el ultimátum del separatismo al Gobierno es un ultimátum a los españoles. Quieren poner el empleo en el punto central de su agenda de ruptura", algo que no están dispuestos a consentir.

Aún así, esta misma mañana desde el PSOE han reiterado su postura. La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, ha sostenido que todavía queda una semana para convencer a los grupos parlamentarios de que apoyen la convalidación de la reforma laboral en el Congreso, al tiempo que ha defendido la "literalidad" del acuerdo pactado y ha avisado de que "no pueden excluir a nadie" de las negociaciones para sacar adelante la reforma.

"Me gustaría que las fuerzas que normalmente apoyan el progreso de este país a través de las leyes se sumaran a este acuerdo", ha traslado Lastra en una entrevista en TVE, en la que ha asegurado que, pese a que las negociaciones "siempre son arduas" en el Congreso está convencida de que se llegarán a un acuerdo.