Moncloa dispara este año su gasto en propaganda en 35 millones más que en 2021
El último Consejo de Ministros acaba de aprobar la partida de publicidad institucional con 158 millones de euros. Su reparto discrecional levanta suspicacias en año preelectoral.
En un momento en el que el PSOE está estancado en todas las encuestas desde hace meses, con una derecha que en muchos sondeos suma más que la coalición Frankenstein, y cuando la imagen de Pedro Sánchez ya no es el activo electoral que era antes, en Moncloa han echado mano de un clásico: reforzar la partida de publicidad institucional, o dicho de otro modo, el gasto en autobombo de presidente.
En concreto, el Gobierno de Pedro Sánchez tiene previsto gastar este año unos 158 millones en publicidad distribuidos en 167 campañas institucionales a lo largo de 2022 “con el objetivo de difundir información relevante para toda la ciudadanía”, según el Consejo de Ministros.
Esta cantidad supone duplicar la cantidad de 2020, que fue de 66 millones de euros, y subir un 28% el presupuesto para publicidad de 2021, que fue de 123 millones de euros. Con este aumento del gasto en autobombo, Sánchez se sitúa en los niveles de publicidad institucional que tenía José Luis Zapatero, que llegó a gastar hasta 298 millones en un año.
Moncloa se va a volcar este 2022 en mimar la imagen de Sánchez en los medios.
Al principio de su llegada a Moncloa, Sánchez mantuvo un presupuesto en publicidad similar al de Mariano Rajoy -el cual redujo mucho la partida-, en torno a los 60/70 millones, quizá porque no tenía ni presupuestos propios.
Pero ahora con las manos libres y millones de euros procedentes de fondos de recuperación, toca meter mano en este asunto para reforzar la imagen del Gobierno. Sánchez ya había mostrado sus cartas con campañas como ‘Estre virus lo paramos unidos’ en las que compró todas las portadas de los diarios. Ahora con el doble de dinero tiene más margen para estas estrategias.
El desmesurado aumento del gasto en publicidad institucional que se bendice desde Moncloa viene en un momento donde además a Sánchez ha recibido muchas críticas por su actitud con los medios de comunicación, vetando las preguntas de aquellos que no considera de su línea ideológica. Con dinero, quizá, pueda acallar algunas de esas críticas.
Opacidad máxima y "desinformación"
Asimismo, seguimos sin saber la actividad de la anunciada Comisión contra la Desinformación para perseguir las fake news y que recibió muchas críticas por su olor a censura contra las opiniones no favorables al gobierno. El Gobierno de Sánchez se ha negado a desvelar al Congreso la composición de este organismo o sus trabajos durante su primer año de vida, en un ejercicio de oscurantismo.