Sánchez moviliza a Gabilondo contra Madrid y abre otra guerra con Ayuso
El Defensor del Pueblo ha iniciado casi una decena de expedientes para investigar con lupa lo que ocurre en la Comunidad de Madrid.
Parecía el verso suelto, el moderado, uno de los menos 'sanchistas' en el seno del PSOE, pero cuando el 'jefe' reclama sus servicios, ahí esta Ángel Gabilondo para cumplir con su misión desde su cargo como Defensor del Pueblo. O al menos eso es lo que denuncian desde el seno de la Comunidad de Madrid, que el "independiente" Gabilondo, está utilizando su cargo para iniciar una campaña con el único fin de señalar a Isabel Díaz Ayuso.
Pese a que han pasado muchos meses, es difícil de olvidar la campaña del 4M en la que la pelea entre ambos fue creciendo enteros a la misma velocidad a la que el candidato socialista se echaba, a la desesperada, en manos de Pablo Iglesias. Aquel, "si de mí dependiera, jamás sería Defensor del Pueblo" pronunciado por Ayuso, fue el culmen de una pelea que se saldó con un Gabilondo derrotado y cosechando el peor resultado de los socialistas en la Comunidad de Madrid, en años.
Y parece que la venganza se sirve en plato frío, tal y como denuncian fuentes del Gobierno regional, al observar, estupefactos, cómo desde la oficina del Defensor del Pueblo no paran de iniciar investigaciones con la única intención de señalar al Ejecutivo de Díaz Ayuso y, tras ellas, ven la mano del presidente del Gobierno. "Es la política de Sánchez", apuntan, "desprestigiar todas las instituciones, desde el Congreso de los Diputados al Defensor del Pueblo".
No en vano, han sido casi una decena las acciones que se han emprendido desde la institución, mientras Gabilondo mantiene el más absoluto silencio respecto a las reyertas ocurridas en los últimos días, cuya responsabilidad recae en la Delegación del Gobierno y en el Ministerio del Interior.
Según señalan, la campaña comenzó en diciembre con dos acciones relacionadas con la situación en la Cañada Real, cuando Gabilondo 'declaró' "emergencia humanitaria" la situación que se vive en el poblado chabolista, e instando al Gobierno regional a tomar "medidas urgentes".
Después, aprovechó las informaciones que salieron a la luz sobre los proxenetas que explotaban a menores en la Comunidad de Madrid para pedir explicaciones a Concepción Dancausa, consejera regional de Familia, Juventud y Política Social. Eso, solo un día antes de abrir una investigación sobre el reciente asesinato de una niña en Madrid, en un nuevo caso de violencia vicaria.
La sanidad madrileña, su objetivo
Además, para culminar ha puesto el foco en la Sanidad madrileña, espoleado por ayuntamientos socialistas y sindicatos que han visto en el Defensor del Pueblo un lugar al que acudir para hacer política de desgaste contra la presidenta regional.
De hecho, la oficina ha abierto varias investigaciones al respecto, una cuando los sindicatos se quejaron por la inestabilidad de los profesionales de refuerzo covid y otra para analizar las supuestas incidencias en un centro de salud de Ciempozuelos.
Junto a ello, también ha dado oxígeno a los alcaldes de Pinto y Fuenlabrada, ambos del PSOE, que tienen en marcha una campaña contra el Gobierno madrileño y ha amenazado a Ayuso con recurrir a Gabilondo para denunciar el estado de la Atención Primaria.
El PSOE defiende su "prestigio y rigor"
Así, parece que las causas se le acumulan a Gabilondo y todas en la misma dirección. Mientras, los socialistas le aplauden y elogian por liderar la investigación de los abusos en el seno de la Iglesia. "Es una institución que en nuestro país tiene un prestigio más que reconocido y ha realizado diferentes trabajos a la hora de esclarecer muchas denuncias que los ciudadanos han hecho", ha destacado el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia.
A su juicio, Gabilondo tiene una trayectoria "intachable" y que "todo el que lo ha conocido sabe de su gran humanidad, rigor y profesionalidad". "Que nadie dude de su prestigio y de su rigor", ha señalado, pero en el seno de la Comunidad de Madrid y a la vista de los hecho, el "independiente" Gabilondo, parece que no lo es tanto.