Las elecciones en Castilla y León ha rubricado dos certificados de defunción. El primero el de Ciudadanos, que ha pasado de ser parte del Gobierno a mera comparsa en la amalgama de partidos que conformarán las Cortes, y el segundo el de Podemos, que ha perdido uno de los representantes de los dos que tenía. La tendencia es clara, los morados se desangran y la única que parecía tener la posibilidad de suturar la herida abierta tras el fiasco en Madrid y la marcha de Pablo Iglesias era Yolanda Díaz, que ha estado desaparecida durante la campaña y en las horas posteriores a la votación.. La presencia de la ministra de Trabajo en la campaña ha sido meramente testimonial. Un pequeño acto que se ha justificado tirando de la apretada agenda de Díaz, enfrascada con su reforma laboral y su subida del SMI, pero que esconde el deseo de la 'lideresa' de la izquierda de no quemarse demasiado de cara a su objetivo real, las elecciones generales.. El efecto Yolanda no ha llegado a Castilla y León. Quizá por eso la propia vicepresidenta segunda del Gobierno evitó las tierras castellano leonesas en toda la campaña -salvo un mini acto en un pueblo- por lo que podría ocurrir con los resultados. Podemos sigue perdiendo escaños en otras elecciones y la salida de por nuevos liderazgos como el de Díaz o el de la secretaria general de la formación, Ione Belarra, no logra en su primer examen en las urnas llegar a sus objetivos.. En se habían marcado la posibilidad de sacar 3 escaños y tener grupo propio, mejorando en 1 escaño los dos que tenían y llegando a la cifra de 3 que les permitiera tener grupo parlamentario propio. Pero no sólo no han logrado el objetivo, sino que han perdido un escaño y se quedan con un solo diputado, Pablo Fernández, en las Cortes de Castilla y León.. . . Yolanda Díaz es alguien que “llega a gente que no necesariamente se identifica con los valores de la izquierda, y eso es clave para ampliar el espacio”, en palabras del propio Pablo Iglesias, que así la ha definido este lunes.. Uno de los principales activos electorales de Unidas Podemos para movilizar su voto como demuestra la cuidada entrevista que le dedicó este domingo La Sexta y que ha enfervorizado en un sector de las bases podemitas. Sin embargo, está siendo muy notable la ausencia de vicepresidenta en la campaña de Castilla y León hasta el punto de que sólo participará en un pequeño acto sin apenas trascendencia.. En concreto, la cúpula morada ha anunciado un acto con Díaz este jueves en el municipio vallisoletano de Castronuño en su única presencia sobre el terreno en campaña del 13-F. Un mini acto ya que el municipio tiene sólo 860 habitantes y está gobernado por la coalición Izquierda Unida.. A Díaz no se le ha visto, ni se le va a haber ya, en uno de los mítines importantes que ha hecho Podemos en Castilla y León ni en los dos fines de semana de campaña cuando el resto de partidos han echado mano de sus líderes nacionales. En su visita a Castronuño, Díaz sí estará acompañada por el candidato a la presidencia regional por Unidas Podemos, Pablo Fernández, para hablar de despoblación.. . Díaz son embargo no acompañará a su candidato ni a los otros los ministros de Unidas Podemos como Ione Belarra, Alberto Garzón e Irene Montero en la clausura de campaña del viernes y lo justifica con que es porque asistirá a la ceremonia de los Premios Goya en Valencia, un argumento algo curioso porque la gala se celebra el sábado.. Desde Podemos justifican que Díaz se haya borrado de esta campaña en que su agenda estaba marcada por las negociaciones para convalidar la reforma laboral, además de haber dado positivo en Coovid-19, pero a nadie le pasa desapercibido que la vicepresidenta del Gobierno no se ha querido mojar en esta campaña, quizá porque no se prevén grandes resultados en la izquierda.. . Frente a Díaz, figuras como Pablo Iglesias han sido las que han cogido el protagonismo en esta campaña en Castilla y León, ya que el ex líder de la formación ha estado los dos fines de semana en mítines arengando a los suyos.. También Ione Belarra e Irene Montero han multiplicado su presencia en la región y se han volcado con esta campaña, algo que la que va a ser candidata de la formación en unas elecciones generales -si se cumple lo ha acordado- no ha realizado. El 13 de febrero se certificará si esta actitud de Díaz tiene que ver con los resultados que coseche Podemos.. . Y no será por los principales referentes de Podemos -a excepción de Díaz- no se hayan volcado en la campaña con su candidato. Líderes podemitas como Ione Belarra, la ministra de Igualdad, Irene Montero, el ministro de Consumo, Alberto Garzón -pese a la polémica de la carne- y el mismísimo Pablo Iglesias, rescatado de su actividad ahora de tertuliano y elaborador de podcast y convertido en un activo electoral, han estado toda la campaña por tierras castellanoleonesas, pero a la vista de los resultados no ha calado su mensaje.. Un solo diputado, el de Podemos, que además no es significativo para sumar ninguna mayoría alternativa de izquierdas o de cambio a la izquierda en Castilla y León, que era una de las intenciones también de los morados, poder reeditar una coalición Frakenstein con el PSOE y otros partidos como hay en el Gobierno de España. Pero la derecha suma más y Podemos tendrá que quedarse como una voz de las múltiples que habrá en el grupo mixto de las Cortes de Castilla y León.. En aún puede quedar de haberse quedado cerca de arañar un segundo escaño al PSOE en Burgos, que está a pocos votos y de ser la cuarta fuerza en votos pero la sexta en escaños, tal y como ha relatado el candidato podemita Pablo Fernández, criticando la Ley Electoral en Castilla y León. “El espacio de Unidas Podemos continúa”, se ha resignado Fernández, y eso que baja en escaños pese a sumar esta vez además a IU y otros pequeños partidos.. Fue una pequeña aparición en el municipio de Castronuño, en el que respaldó al candidato morado, Pablo Fernández, y a partir de ahí desapareció de todo lo que tenía que ver con la campaña, consciente de que las encuestas no eran nada favorables para los morados.. . De hecho, el desastre de Podemos en las elecciones ha sido mayúsculo y Yolanda Díaz ha permanecido en el más absoluto de los silencios. Ni una frase, ni un mensaje en las redes sociales. Nada. Y es que, a la vista de los hechos, parece claro que la de Castilla y León no era la guerra de Díaz. Su objetivo es mucho más alto y no quiere que nada lo empañe, ni siquiera los resultados de Podemos, el mismo que la respalda y que le ha aupado hasta la posición que ahora ostenta. . Los que sí han salido a valorar los resultados obtenidos por la formación han sido el resto de líderes del partido y no precisamente para hacer una crítica y analizar las causas que le han llevado al desastre sino todo lo contrario, para cargar contra el PP y Vox, llegando a insinuar que está en peligro la democracia.. Aquella "alerta antifascista" cacaerada por Pablo Iglesias tras las elecciones andaluzas en las que por primera vez Vox llegaba a las instituciones, se ha visto redoblada una vez que la formación de Abascal tiene en su mano la posibilidad de entrar en un gobierno.. Por ello, en lugar de poner el foco en sus resultados, desde Podemos han preferido poner en el acento en el apabullante resultado de Vox, cuestionando incluso su legitimidad. De hecho, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha señalado que "el PP convocó unas elecciones a medida y su deriva ultra sólo ha engrosado a Vox. Pierde la democracia en estas elecciones".. . En la misma línea, desde IU y el PCE, ambos integrantes del espacio confederal, han hecho lo propio. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha expresado "preocupación" por el resultado de las elecciones en Castilla y León y cree que la izquierda, "en especial", debe estudiarlos detenidamente.. También, Enrique Santiago, líder de los comunistas y secretario de Estado para la Agenda 2030 ha calificado de "muy preocupante" el resultado de los comicios. No precisamente por el fiasco morado, sino porque, a su juicio, "el PP convocó las elecciones con la idea de asediar al Gobierno de España, ha engordado a la ultraderecha y gobernará Vox".. Por ello, ha continuado explicando que desde Podemos "nos toca trabajar muy duro. La democracia y nuestros derechos están en entredicho. No vamos a darnos descanso". Una declaración de intenciones que se olvida de la autocrítica y que censura de la forma más sectaria el ascenso de Vox.. Y es que, desde el espacio confederal prefieren olvidar ya los resultados electorales con la vista puesta en la única esperanza que les queda, encomendarse a que el tirón de Yolanda Díaz sirva para evitar la defunción total de Podemos.