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PP y Vox fijan posiciones en Castilla y León: ni vetos ni "chantajes"

Las negociaciones entre PP y Vox para formar gobierno en Castilla y León no parecen tan sencillas como a priori podría parecer pues los de Abascal no quieren que se les ningunee.

Alfonso Fernández Mañueco

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Yolanda Lorenzo

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Tras los primeros análisis de los resultados electorales en Castilla y León que han dejado al PP como vencedor y a Vox como su potencial socio para formar gobierno, los dos partidos se mueven en una negociación que a priori parece más larga de lo que se podía prever antes de los comicios. Santiago Abascal ya avisó el mismo domingo, "a Juan García Gallardo se le está poniendo cara de vicepresidente", dejando entrever que el apoyo de su formación a Alfonso Fernández Mañueco no sería gratis, pero desde el PP ya se señaló, que el gobierno sería monocolor.

Por ello, desde Vox ya avisan de que cualquier acuerdo que no pase por facilitar la entrada García-Gallardo en el gobierno llevaría irremediablemente a una repetición electoral. Lo ha dicho su líder, Santiago Abascal que, en una entrevista en esRadio, ha rechazado caer en el "chantaje" del PP para que sus procuradores en Castilla y León apoyen la investidura de Mañueco "gratis" y sin un pacto de Gobierno. "Van a una repetición electoral con tal de no pactar con Vox", ha avisado Abascal.

Aun así, ha evitado hablar directamente de puestos y solo ha insistido en la necesidad de llegar a un acuerdo. "No hemos exigido formalmente nada, ni vicepresidencia ni número de consejerías", ha aclarado.

Por ello, confía en que Mañueco mantenga la línea "prudente y responsable" que cree que está mostrando en sus declaraciones, con la que ha reconocido que sería "posible" llegar a un acuerdo. "Pero en Vox lo tenemos muy claro, no somos ni más ni menos que nadie. Los votantes de Vox no valen más que los de Ciudadanos pero tampoco menos. Si creen que van a someter a Vox a un chantaje estarán haciendo lo que filtraron, van a una repetición electoral con tal de no pactar con Vox", ha lamentado.

Mañueco no quiere "líneas rojas" antes de sentarse a negociar con Vox aunque apuesta por un "gobierno en solitario" al igual que marcó la Dirección Nacional el mismo día de las elecciones

Ante las palabras de Abascal, el propio Mañueco ha respondido al líder de Vox, recordando que es el partido que ha ganado las elecciones el que pone las condiciones y ha pedido no comenzar las negociaciones poniendo condiciones y "líneas rojas". "He insistido en la necesidad de un Gobierno fuerte. Yo apuesto por un Gobierno en solitario. Vamos a ver cuál es el panorama que tenemos en las próximas fechas", ha apuntado.

Asimismo, Mañueco ha señalado la igualdad social o la cohesión territorial "no serán negociables para el PP" a la hora de llegar a pactos para el próximo Gobierno que se conforme. "No vamos a dar un paso atrás en la igualdad social, en la igualdad laboral, en la igualdad entre hombres y mujeres. Y quien piense lo contrario, se equivoca", ha dicho Fernández Mañueco,"será la referencia, el que se pondrá encima de la mesa y a partir de ahí hablaremos".

Por otra parte, Mañueco ha asegurado que "desconoce" si en la dirección nacional del PP hay un debate sobre si pactar con Vox o no. "Nadie me ha dado órdenes ni es el caso. Estas elecciones van de Castilla y León. Quien se presentaba era el PP de Castilla y León. Quien va a llevar la batuta de las negociaciones es el PP de Castilla y León", ha remarcado.

Reunión en Génova este martes

Pero el que aún no se ha pronunciado es el líder del PP, Pablo Casado, que ha delegado en su secretario general, Teodoro García Egea, la responsabilidad de marcar la posición del PP al respecto de los futuros pactos en Castilla y León, aunque todos los focos están puestos en Comité Ejecutivo Nacional que se celebra la tarde de este martes y tras el que el líder del partido comparecerá ante los medios para mostrar la postura ante los futuros pactos para gobernar la región.

Pero hasta que llegue la comparecencia de Casado, la posición de los líderes populares ha sido clara, no quieren un gobierno de coalición con Vox, ya que podría penalizar en las urnas al PP de cara a las generales, pero también son conscientes de las repercusiones de cara al electorado que podría tener, pues muy pocos entenderían que se cerrase esa puerta solo por las posibles críticas que se podrían recibir, sobre todo desde la izquierda.

De hecho, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cree que hay que cerrar cuanto antes la formación de un gobierno en Castilla y León "basado en la suma de intereses" frente al "proyecto totalitario que está destrozando España". "Que no nos importe lo que opine la izquierda sobre nuestros pactos", ha sentenciado.

Y es que, el rival a batir en las urnas es Sánchez, aunque el debate en el PP sigue abierto ya que, tal y como ha explicado Esther Jaén en ESdiario, la imagen de los de Abascal entrando en un gobierno autonómico puede servir de coartada para que el PSOE siga azuzando el miedo a la "ultraderecha" y favorecer la movilización de un electorado de izquierdas cada día más desencantado con el Gobierno de coalición.

Por ello, en Génova son cautos y sopesan las opciones pues tampoco están en condiciones de perder una mayoría y caer en el juego de los socialistas de establecer un 'cordón sanitario' que no se entendería entre sus votantes, por lo que las palabras de Casado este martes se vislumbran fundamentales, pues servirían para cerrar una brecha que el mismo abrió al no respaldar la moción de censura presentada por Abascal contra Sánchez, y que podría suturar la relación entre dos partidos que están condenados a entenderse si quieren que el país no siga en manos de la izquierda.

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