El "caso espionaje" de Génova a Isabel Díaz Ayuso hace estallar al PP
El "todo PP" contiene el aliento tras un jueves de infarto en el que han explotado todas las hostilidades larvadas desde hace meses. Sin que nadie se atreva a calcular el calado del destrozo
Ayuso, este jueves en la Asamblea de Madrid.
Ni los más viejos del lugar han logrado, según avanzaban las horas de este jueves 17 de febrero, ya una fecha con etiqueta de histórica en la larga vida del PP, buscar en su memoria un estallido similar de una crisis interna en las filas del principal partido del centroderecha en España.
Los más veteranos, la comparan ya con la defenestración en su día de Antonio Hernández Mancha y la posterior reentré de Manuel Fraga. Los más jóvenes, -salvando las distancias evidentes en la magnitud de ambos casos- con aquella tensa noche en la que Mariano Rajoy se vio obligado a llamar a capítulo a Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón en su despacho de la planta séptima de Génova 13.
Nadie sabe a estas horas inciertas quien saldrá victorioso finalmente de la guerra frontal declarada entre Isabel Díaz Ayuso y Teodoro García-Egea, televisada en directo además. Pero lo cierto es que el duelo deja algunas escenas significativas.
Las manifestaciones convocadas en favor de la presidenta madrileña frente a la sede nacional este jueves y en los próximos días o las decenas de ramos de flores que se han acumulado en apenas tres horas frente a la Puerta del Sol. Y algunos otros presentes con peor intención frente a la sede nacional del partido.
Una corona de flores con mensaje contra Casado remitida a la sede nacional del PP este jueves.
Los millones de militantes y votantes del PP contienen el aliento a la espera de acontecimientos con tan solo algunas certezas. Que Ayuso ha endosado a Pablo Casado y su equipo toda la responsabilidad del espionaje contra ella, y que García Egea ha expedientado a la presidenta de Madrid en un proceso que no apunta a nada bueno, incluso a su expulsión del PP. Que el secretario general no ha querido descartar en público preguntado expresamente.
Ayuso, este jueves durante su declaración institucional señalando a Pablo Casado por su presunto espionaje.
Tras las explosivas comparecencias de Ayuso y García Egea, los dirigentes orgánicos y los cargos públicos se han ido alineando en función de su ubicación nacional o madrileña. Pero ha sido bien significativo el silencio de los presidentes autonómicos, solamente roto por el decano de todos ellos, Alberto Núñez Feijóo. Que ha hecho especial hincapié en denunciar el "espionaje" a su homóloga de la Comunidad de Madrid.
"No procede contratar a ningún investigador privado para espiar a un compañero y ver contratos que están en el portal de transparencia. Si se ha hecho, me parece inaudito e imperdonable perder el tiempo en esto", ha enfatizado.
El barón gallego ha reclamado inteligencia y discrección y ha lanzado un mensaje claro recordando donde está el adversario verdadero del PP -en La Moncloa- y el principal quebradero de cabeza de los militantes, simpatizantes y votantes populares: Pedro Sánchez y su coalición Frankenstein.
De momento, este jueves de incendio sin precedentes ha dejado tan solo una víctima política: la del gris y polémico Ángel Carromero, dimitido o cesado fulminantemente por José Luis Martínez Almeida.
Pero nadie quiere posicionarse hasta ver que sucede en las próximas horas. Impactados, muchos dirigentes consultados por ESdiario, además de declararse atónitos por el desenlace de una batalla larvada hace muchos meses, asumen: "Nos hemos pegado un tiro en el pie".
En el peor momento y en el peor lugar, el gran escaparate del proyecto alternativo a la coalición PSOE-Podemos. Porque en el único lugar en el que hay risas este jueves es en el Palacio de La Moncloa.
