Yolanda Díaz repiensa su plan tras el 13F por el lastre y el guirigay en Podemos
Unidas Podemos ha ido perdiendo votos en todas las elecciones a las que se ha presentado salvo las madrileñas. Las encuestas y CyL ya con Díaz al frente no parecen mejorar el panorama
Si hay alguien en estas horas que observa con alivio el descarnado estallido de la crisis en el PP es Yolanda Diaz. Por que la nueva catástrofe de Podemos y el primer mazazo en Castilla y León a su proyecto político ha pasado, de la noche a la mañana, a un para ella cómodo segundo plano.
Una nueva sangria de votos, la enésima, que se une además a la brecha abierta entre la vicepresidenta segunda y la cúpula morada de Ione Belarra. Díaz ha confesado estos día a su estrecho círculo de confianza su hartazgo con la dirección de Podemos y sus permanente retos al PSOE que dañan la imagen de la coalición y, sobre todo, los suyos propios. Tan es así que, según confirman a ESdiario fuentes del entorno de Díaz, está ha decidido darle una “pensada” a su plan.
El 20 de diciembre de 2015 Podemos tocaba el cielo que prometía asaltar con 5.189.333 votos y 69 escaños, convirtiéndose en una amenaza incluso capaz de superar al PSOE y ser la alternativa de la izquierda. El famoso sorpasso.
Pero desde entonces, la formación ha ido perdiendo votos y escaños elección tras elección pese a ir sumando a sus siglas partidos y confluencias como la de Izquierda Unida o de fuerzas de izquierda de algunas comunidades.
Sólo ha habido una excepción, las elecciones de Madrid del pasado 4 de mayo, la última aventura de Iglesias como candidato antes de abandonar la formación donde les hizo remontar de las 181.231 papeletas de 2019 a las 201.010 actuales. Quitando estas elecciones, Unidas Podemos ha ido hundiéndose progresivamente en las 24 de las 25 elecciones celebradas en España entre generales, municipales, autonómicas y europeas (si tenemos en cuenta que suma también a IU y lo que sacaban por separado).
No hay "efecto Yolanda"
La primera prueba de fuego con Yolanda Díaz al frente, las elecciones de Castilla y León, no han roto esta tendencia. Al contrario, la han evidenciado. La formación morada esperaba crecer a los 3 escaños o al menos mantenerse en 2 y ha perdido uno, quedándose en un único procurador. En la irrelevancia.
El efecto Yolanda Díaz que llevan meses vendiendo los medios, presentándola como la nueva líder de la izquierda ante un Sánchez que entra en desgaste, y ejemplificado en actos como el de Otras Políticas celebrado en otoño en Valencia con otras lideresas de la izquierda, no se ha hecho notar en Castilla y León ni se nota en las encuestas ni sondeos. Ningún sondeo da a Podemos más de los 35 escaños actuales con Díaz de posible candidata.
El frente amplio que espera conseguir Yolanda Díaz aglutinando a toda la izquierda del PSOE no es tan amplio como para superar a los socialistas a tenor de como ese espacio va perdiendo votos elección tras elección o como se fragmenta en partidos dirigidos por otros líderes como Errejón o Teresa Rodríguez a los que habrá que convencer para que vuelvan a casa.
Díaz por tanto no tiene tanta base como parece o para comerse al PSOE, y además por ahora no está demostrado ese efecto del que tanto hablan y del que ella misma se ha borrado en los pasados comicios de Castilla y León. Por eso ha decidido darle a su plan esa pensada.