Casado reúne a la desesperada a los barones para buscar una salida pactada

Pablo Casado está dispuesto a resistir hasta el final. No piensa dejar su despacho de Génova 13 por la puerta de atrás sino que está dispuesto a echar un pulso a los barones del partido, intentando ganar tiempo de cara a la celebración de un Congreso que sirva para elegir un nuevo líder. De hecho, ha citado a los dirigentes regionales este miércoles en la sede de los populares, con la intención de negociar un calendario que le permita coger aire y sumar los apoyos internos que le permitan mantenerse en pie.

Allí, tendrá en frente a Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, los mismos que mostraron ya este lunes la puerta de salida a Casado, insistiéndole en público al líder del partido que ya no queda otra salida posible que la de dar un "giro absoluto" al PP, esto es, la salida inmediata de toda la cúpula incluyendo al propio Casado, que es, en última instancia, el que tiene que tomar esa "última decisión".

Sin embargo, Casado no piensa ponérselo fácil y tras la reunión de este lunes del Comité de Dirección del partido está dispuesto a dar la batalla, llevándose incluso por delante al propio partido si es necesario. En el cónclave ya se vio como poco a poco el núcleo más cercano al líder popular se fue bajando del barco. El primero fue el alcalde de Madrid, ni siquiera acudió a la cota, escudándose en que tenía que preparar el Pleno del Ayuntamiento, pero bajo esa excusa ya se conoció su deseo de dejar su puesto como portavoz del partido.

Después, pese al hermetismo con el que se celebró la reunión se fueron conociendo más datos. Los más afines a Casado le fueron poco a poco dando la espalda, conscientes de que la celebración de un Congreso Nacional para elegir un nuevo líder es la única salida viable para cerrar la enorme herida abierta en el partido.

Convocatoria de la Junta Directiva Nacional

Casado finalmente tuvo que ceder y convocar una Junta Directiva Nacional. Aunque aún no hay orden del día -su convocatoria debe efectuarse, por escrito, con una antelación de cinco días, salvo en casos de urgencia, según los Estatutos-, Casado tiene intención de convocar el congreso nacional del partido.

La clave, y lo que pretende negociar con los barones es el cuándo y el cómo. Y es que, Casado quiere tiempo para poder ganarse los apoyos suficientes para conseguir el respaldo de esa Junta apoyándose en la red de alianzas en cargos intermedios del partido que Teodoro García Egea ha ido tejiendo desde que llegó al cargo de secretario general.

Los varones quieren cerrar cuanto antes la herida del PP y que el Congreso Nacional se celebre con carácter extrordinario, mientras que Casado abogará por ganar tiempo enrocándose en su postura

En su cabeza sigue la idea de que dicho Congreso sea ordinario, y por tanto, que se celebre dentro de dos meses, aproximadamente, para así ganar tiempo y que las acusaciones sobre la presunta corrupción de Isabel Díaz Ayuso den algún fruto para justificar su postura.

Pero los barones no están dispuestos a alargar la agonía de un partido que, como dijo la propia Ayuso, se "desangra" por lo que abogan por la celebración de un cónclave de carácter extraordinario, esto es, en aproximadamente un mes, para evitar que la crisis se eternice y termine por llevarse por delante el partido.

La reunión de este miércoles, por tanto, se avecina complicada, a cara de perro, con un Casado atrincherado junto a García Egea que se aferra a tener amarrados los apoyos necesarios (2/3 de la Junta Directiva) que le permitan seguir hasta que algo o alguien aparezca para justificar su actuación.