González Pons, plena experiencia y sintonía con Feijóo para relanzar al PP

Esteban González Pons, tras ver como no entraba en el gobierno de Mariano Rajoy como ministro después de estar bregándose en la oposición -“los que desembarcaron en Normandía no fueron los que desfilaron en París”, sentenciaba en su día- cogió un billete de ida a Bruselas para iniciar una nueva vida en el Parlamento Europeo alejado de la zozobra de la política nacional.

Pero en unos tiempos en los que la política va muy rápido, puede que González Pons tenga que comprar un billete de vuelta a Génova, 13, edificio que conoce muy bien y de donde fue vicesecretario, para poner calma en un PP que está noqueado tras una semana frenética que ha acabado con la caída del propio presidente del partido, Pablo Casado.

Cuando en la última semana los barones del PP sentenciaron a Casado y volvieron sus ojos hacia el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, como solución de unidad y consenso, empezó a circular una información de hace tres años: el valenciano Esteban González Pons fue en su día la persona que Feijóo tenía en mente para ser secretario general del PP si llegaba a la presidencia del partido.

Tres años en política es mucho, y más en la actualidad, pero el nombramiento del eurodiputado como presidente del Comité Organizador del Congreso se demuestra que el valenciano sigue estando en los planes del gallego.

Realmente, González Pons es como el Guadiana, su nombre reaparece cuando el PP busca una figura. Ya se estuvo tanteando como candidato a la alcaldía de Valencia para sustituir el vacío que dejaba su admirada Rita, carrera de la que él mismo se descartó. Siempre estuvo en las quinielas de ministrables o cuando en el PP valenciano ha habido una crisis. Pero esta vez podría ser la definitiva que le hiciera recoger el petate de Bruselas y volver a la fontanería de Génova 13.

González Pons, un político de la misma generación que Feijóo y representante de un PP con más experiencia, es de los pocos dirigentes populares, por no decir el único, que ha logrado mantenerse del otrora todopoderoso PP valenciano de Francisco Camps, del que fue muy amigo y que lo situó como una de sus manos derechas en el gobierno valenciano y luego como su terminal dentro de Génova con los galones de vicesecretario de Comunicación y portavoz del PP de Mariano Rajoy tras el congreso de Valencia de 2008.

De Gonzáles Pons tanto compañeros como adversarios políticos destacan su fina oratoria, entre la ironía y lo poético -porque es un amante de la poesía-. Autor de un libro político, Camisa Blanca -uno de sus símbolos por antonomasia es llevar camisa blanca, como los trabajadores como él mismo explica- y de las novelas Tarde de paseo y Ellas, es un político temible en el debate -sus intervenciones se vuelven virales- pero a la vez con mucha cintura política y un perfil centrista, tanta cintura como para que hasta Mónica Oltra vaya a la presentación de sus libros.

Ahora, el eurodiputado valenciano tiene el encargo de organizar uno de los congresos más complejos e inesperados del PP que puedan resucitar a la formación y ¿volver a Génova 13 con galones?

Eso el tiempo lo dirá, lo que sí está claro es que el nombre de González Pons, respetado en la militancia del PP, vuelve a sonar con fuerza para alivio del PP valenciano que teme perder su influencia en Génova tras la caída de Casado y García Egea. El 2 de abril veremos si Esteban González Pons regresa como el hijo pródigo al rescate de la fue su casa durante muchos años tras su retiro europeo.

Allí, en Bruselas y Estrasburgo, ha cosechado respeto y admiración entre compañeros de filas y adversarios. Por su capacidad de trabajo, su cercanía y accesibilidad, su brillantez en los debates y su vocación pactista.