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La figura ascendente y conciliadora de Cuca Gamarra para una transición pacífica

Pese a haber apoyado a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias, la exalcaldesa de Logroño fue creciendo en importancia en el "casadismo". Ahora tiene el reto de dirigir el relevo

Cuca Gamarra, en el Congreso.

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E. M.

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Concepción Gamarra Ruiz-Clavijo, más conocida tanto dentro como fuera del PP como Cuca Gamarra o simplemente Cuca, es la otra figura popular que, junto a Esteban González Pons, apareció en el comunicado que los barones populares pactaron con Pablo Casado la noche del miércoles. Si al primero le han encomendado la organización del congreso extraordinario, la segunda deberá coordinar el partido y el grupo en el Congreso hasta que haya nuevo líder.

Será una tarea breve, hasta el 3 de abril, pero no deja indiferente a nadie que Gamarra ha ido ganando peso y terreno en la dirección nacional del PP desde que llegó de Logroño, y eso que ella en un primer momento apoyó en las primarias a Soraya Saénz de Santamaría.

Esto último no fue problema para que se integrara rápidamente en el casadismo y fuera subiendo escalones a vicesecretaria del partido, responsable de campaña de las municipales y de ahí, a la portavocía en el Congreso.

No es la primera vez que Cuca Gamarra pilota una transición. Ya fue en su día la elegida para pacificar el grupo parlamentario en el Congreso tras la abrupta salida de Cayetana Álvarez de Toledo de la portavocía con guerra con Casado televisada incluida. Gamarra fue entonces la elegida por Casado para ponerse al frente y además visualizar una posición más moderada y menos crispada tras las vehementes intervenciones de Álvarez de Toledo.

Gamarra era en los últimos tiempos una de las más estrechas colaboradoras de Casado, pero en el tenso comité de dirección del lunes donde al final tanto el presidente popular como el secretario general Teodoro García Egea acabaron tirando la toalla, fue de las primeras en plantar cara a García Egea y decir ‘hasta aquí hemos llegado’. Ahora ocupará momentáneamente el papel de este último hasta que en abil haya una nueva ejecutiva.

Quienes conocen a Gamarra destacan su perfil de persona cercana y, fruto de su etapa como alcaldesa de Logroño, su capacidad de gestión. No es alguien que no sepa lo que es enfrentarse a un presupuesto público y a la gestión de una administración pública.

Gamarra estará cinco semanas, poco tiempo pero el suficiente para tener que lidiar con Pedro Sánchez en los plenos del Congreso o con los pactos con Vox en Castilla y León -un partido, Vox, con el que su perfil más centrado marca una diferencia, por eso la eligió Casado-.

¿Y después del congreso extraordinario qué? Muchos en el PP apuntan a que Gamarra podría continuar en la nueva ejecutiva de Feijóo porque se ha ganado el puesto con su trabajo, y que su proyección no queda aquí. Tiene ahora cinco semanas para seguir demostrándolo.

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