Calviño hace de 'trilera' al analizar la situación económica que deja la guerra
La vicepresidenta vende recuperación económica, pero a la vez augura "tiempos difíciles por la guerra de Putin", dos afirmaciones contrapuestas para generar un optimismo inexistente.
El gas y la luz marcan precios históricos generando una espiral inflacionista que se nota, y mucho, en el bolsillo de los ciudadanos. Llenar el depósito del coche para ir a trabajar empieza a ser casi prohibitivo, un lujo para muchos, pese a que es indispensable, por ello, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño tiene que jugar con sus palabras para seguir vendiendo la misma recuperación económica que lleva augurando semanas, pero a su vez reconocer la tensión alcista de los precios. Un juego de 'trileros' para evitar decir que la economía española camina hacia el desastre.
Y precisamente, eso es lo que ha hecho, decir una cosa y la contraria durante una entrevista en TVE en la que ha analizado cómo afecta la invasión rusa a Ucrania en las finanzas de nuestro país y, a la postre, en los bolsillos de los españoles.
Calviño ha tenido que reconocer que a la hora de realizar el cuadro macroeconómico de cara a los presupuestos de 2023 habrá que rebajar las previsiones, pero, aunque cree que "esta guerra puede suponer una ralentización", "no se pone en duda que estamos con una fuerte recuperación económica", ha asegurado.
Un recuperación con contrasta con otro de sus augurios. "Estamos en un momento difícil y vienen tiempos difíciles por la guerra de Putin", ha asegurado, a la hora de analizar la escalada de precios que están viviendo en los últimos días el gas y la luz.
De hecho, considera que "tenemos que prepararnos para una inflación más persistente de la que habíamos pensado porque la guerra ha cambiado el escenario". Por ello, ha insistido en que "tenemos que trabajar con los agentes sociales para que esto no inicie una espiral inflacionista que tenga peores consecuencias", ha asegurado.
Por ello, ha avanzado que "hay medidas que hay que tomar a corto plazo, como topar el precio de la energía", e incluso una baja de impuestos, aunque también, a largo plazo, apuesta por "acelerar la implantación de renovables" para convertir a España en un "hub energético para el resto de Europa".
Así, Calviño intenta vender su tradicional discurso optimista y de recuperación económica, consciente de que necesita repetirlo una y otra vez para que la opinión pública termine de creerlo, aunque no le ha quedado más remedio que rendirse a la evidencia de que si la guerra en Ucrania continúa se avecinan tiempos duros.