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El PP prepara el terreno para el inminente pacto con Vox en Castilla y León

Los populares asumen la aritmética parlamentaria, ya negocian la presidencia de las Cortes y quitan importancia al acuerdo con los de Abascal, poniendo el foco en los pactos de Sánchez

García-Gallardo (Vox) y Mañueco (PP) en una de sus reuniones

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E. M.

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Por mucho que diga y pregone la izquierda con los pactos con Vox -este mismo martes el propio Pedro Sánchez ha instado a Alberto Núñez Feijóo a “dejar la ambigüedad”-, por mucho que algunos en el propio PP no se sientan del todo cómodos, la aritmética parlamentaria es la que es y los populares asumen que un gobierno fuerte y estable en Castilla y León pasa por un acuerdo con el partido de Santiago Abascal.

Por eso, desde el PP ya se va preparando el terreno para un pacto con Vox a falta de ver aún como se sustenta, si en programa, sillones o ambas cosas. Del discurso de “nuestro objetivo es gobernar el solitario” se tiene ya la mano a hablar con Vox, el único partido que no ha cerrado la puerta a Alfonso Fernández Mañueco junto con Soria ¡Ya! y UPL.

El pleno de constitución de las Cortes de Castilla y León es este próximo jueves, donde se debe elegir la mesa y el presidente del parlamento, y Mañueco ya quiere tener atado un preacuerdo para ese día. Vox por ahora dice que no hay acuerdo, pero en 48 horas pueden pasar muchas cosas.

Desde la formación de Abascal no se renuncia a presidir las Cortes, tal y como tenía antes Ciudadanos en su pacto con el PP, y los populares, que decían que iban a presentar su propio candidato, admiten ahora “reuniones discretas con Vox, no secretas, pero sí sin información a medios”, para cerrar un acuerdo que pueda incluir la presidencia del parlamento.

Alfonso Fernández Mañueco junto con el líder de Vox en CyL, Juan García Gallardo, en su encuentro en la ronda para la investidura.

Desde el entorno cercano a Feijóo dan por hecho que habrá que acordar con Vox de una forma u otra, y que incluso cuanto antes de haga, previo al congreso que debe elegir al gallego como nuevo líder del PP en abril, mejor. Así Feijóo se habrá quitado de en medio uno de los argumentos preferidos de la izquierda. Los mensajes ya van precisamente en la línea de ir asumiendo en el PP el acuerdo con los de Abascal.

Primero, Feijóo y los diferentes portavoces del partido como Cuca Gamarra o Esteban González Pons siempre aluden a la autonomía de Mañueco, como de cualquier barón regional del PP, para acordar con quien considera necesario, sin tutelas de Génova. Y segundo, se está poniendo énfasis los últimos días en señalar que los pactos que deben preocupar son los que mantiene Sánchez con los independentistas y podemitas.

El "sanchismo", deslegitimado

“El sanchismo no está legitimado para decirnos con quién debemos pactar”, es uno de los argumentos esgrimidos por Feijóo para dejar claro que los pactos de Sánchez y el PSOE son más peligrosos y que no van a aceptar lecciones si se acuerda con Vox. Una forma de ponerse la venda antes de la herida, de que llegue el propio pacto.

También se está transmitiendo el mensaje desde las terminales del PP que las bases y los votantes populares avalan el pacto con Vox y que incluso no entenderían otro pacto que no fuera con ellos. No hay por tanto un desgaste electoral por mucho que la izquierda venda el miedo al acuerdo.

Ahora, desde el PP aseguran que lo que cueste el pacto en llegar, si horas, días o semanas, dependerá de cuánto quieran apretar los de Abascal en la negociación. Para el PP, mientras no se traspase alguna línea roja como derogar las leyes de memoria de género, habrá acuerdo sin problema ya. Está todo preparado.

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