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Pánico en Moncloa ante una avalancha de protestas que puede prender la mecha

La huelga de transportes está recrudeciéndose a la vez que este fin de semana se suma la marcha de Vox y la de los agricultores, demostrando que la ciudadanía está al límite.

Pedro Sánchez

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Andrea Jiménez

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Se avecina un fin de semana muy caliente. La huelga de transporte se recrudece y a ello se suma la manifestación convocada por Vox de este sábado y las protestas de los agricultores del domingo, que salen a la calle ante los elevados precios de los carburantes que están ahogando a gran parte de los sectores productivos del país. En Moncloa lo saben, y por ello intentan desprestigiar dichas protestas vinculándolas a la "extrema derecha" con la intención de que la mecha del descontento no prenda entre la mayor parte de la ciudadanía y termine por convertir España en un polvorín.

El descontento es máximo. El Gobierno sigue manteniendo sus plazos para tomar medidas para paliar el alza de los precios, sobre todo de las materias energéticas, pero no será hasta finales de este mes de marzo cuando Sánchez ponga en marcha su plan para paliar la crisis. La bajada de los carburantes y de la luz es ya un asunto urgente, pues sus costes desorbitados no dejan de estrangular a las empresas y a las familias, que necesitan soluciones ya.

Por ello, parece que el estallido social que ha intentado evitar Sánchez con la connivencia de los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, está a la vuelta de la esquina. En primer lugar, la huelga de transportistas no para de recrudecerse y sus consecuencias son cada vez más visibles, no solo en las carreteras, donde el Gobierno ha movilizado a 23.600 agentes entre Policía Nacional y Guardia Civil, sino también en las estanterías de los supermercados, pues ha generado un efecto dominó que ha obligado a parar a numerosos sectores.

El lácteo ya paró el jueves y ahora se van sumando más, como el de la aceituna, ante la imposibilidad de transportar sus productos y otros ya dan la voz de alarma. Es el caso de las papeleras, que han avisado de que tendrán que parar si los costes energéticos no bajan, lo que pondría en riesgo la producción del papel higiénico, que se convirtió en un símbolo del desabastecimiento en el inicio de la pandemia.

También en los productos básicos como las carnes y los pescados están en riesgo. La industria ganadera ya ha alertado de que no puede abastecerse de materias primas para elaborar alimento para ganado ni puede hacer llegar el pienso a las explotaciones ganaderas, por lo que numerosas fábricas, particularmente de la zona centro y sur de España, han tenido ya que cerrar su actividad.

Los pescadores destruyen productos

Mientras, algunos pescadores gallegos ya han tenido que destruir pescado de "gran valor" procedente de capturas en Irlanda porque "se sabotearon los camiones". Llega el producto a las lonjas, pero "no hay subasta porque están parados los transportistas" al desplazarlos a centros logísticos, lo que "significa la destrucción de producto", señaló este jueves el presidente de los armadores de Vigo (ARVI), Javier Touza.

El presidente de la lonja de A Coruña, Juan Carlos Corrás, destaca que la actividad está al 10% de lo habitual, lo que es "insostenible", ya que solo se llega al mercado local y a algunos compradores al por menor, "pero se impide sacar el pescado al resto de puertos".

Lo mismo ocurre con el sector conservero. El grupo Calvo ha decidido cesar la actividad de forma temporal en su sede central, situada en el municipio coruñés de Carballo, a partir del próximo lunes, 21 de marzo, según explican fuentes de la empresa a Europa Press. Cuenta con 521 empleados en esta planta, según datos de la memoria de 2020.

Pero a estas protestas del transporte que ya están produciendo estragos en los supermercados hay que añadir la manifestación convocada por Vox para este sábado que protestará contra la subida de precios de la luz, la gasolina y los suministros básicos y en defensa de la necesidad de que España cuente con soberanía energética para abastecerse. A la manifestación asistirá el presidente del partido, Santiago Abascal, y comenzará a las 12:00 en la madrileña plaza de Cibeles, aunque también han animado a los ciudadanos a concentrarse frente a los ayuntamientos de sus municipios.

El día siguiente, el domingo 20, tendrá lugar una marcha convocada por el mundo rural para "defender el campo español" y a la que asistirá también el Partido Popular, Vox y la Coordinadora de la España Vaciada que ha anunciado este jueves que las más de 180 plataformas que conforman esta 'Revuelta' apoyarán la manifestación.

Los agricultores protestan el domingo

Detrás de esta marcha están Asaja, COAG, UPA, la Real Federación Española de Caza, la Real Federación de Asociaciones de Ganado Selecto, la Unión de Criadores de Toros de Lidia y la Alianza Rural y desde la principal asociación de ganaderos han reclamado al Gobierno la reducción en un 35% de la factura de gasóleo y del 15% en el precio de los fertilizantes ante lo que califican de situación "inasumible" por el incremento de los costes de producción.

En un comunicado, la patronal agraria ha indicado que ambas medidas "están puestas sobre papel en el Decreto que reforma la Ley de la Cadena Alimentaria aprobado en diciembre" y han lamentado que "a día de hoy, no se sepa nada" de ambas.

Y es que el Gobierno tiene por delante un fin de semana caliente que puede prender la mecha del descontento de una ciudadanía que, de momento, parece un tanto aletargada y por ello se afana en vincular todas las protestas con la "extrema derecha", para evitar que las huelgas que han defendido durante años, y se habían convertido en santo y seña de la izquierda, se le vuelvan en contra.

El Gobierno trata de desprestigiar las protestas vinculándolas a la extrema derecha para que no prenda la mecha y la sociedad en su conjunto salga a la calle de forma masiva

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha insistido este jueves en una entrevista en la Cadena Ser en que Vox pretende obtener un beneficio de las movilizaciones de los transportistas o quizás también están animando a que este sector continúe de esta manera radicalizada", ha afirmado la ministra, que ha acusado a la formación de Abascal de "desestabilizar y generar conflicto". "A Vox le chirría la defensa de los derechos y las libertades que se hace de una manera pacífica y democrática", ha añadido.

Mientras tanto, Podemos se encuentra fuera de juego. La calle era su lugar natural y ahora no está dispuesto a manifestarse contra el Gobierno del que forma parte, a pesar de sus movilizaciones contra Rajoy cuando la luz apenas subía un 8%, y ha asumido como propio el discurso del PSOE.

De hecho, su portavoz, Pablo Echenique, ha intentado despreciar las manifestaciones convocadas, vinculándolas también a la "extrema derecha", a la que ha acusado de estar "aprovechando el malestar de algunos sectores para infiltrarse, para engañarlos (porque no defienden sus intereses) y para desgastar al Gobierno", aunque no puede dejar de reconocer que hay que buscar soluciones para paliar el alza de los precios.

Por todo ello, Moncloa está alerta. Saben que este fin de semana es crucial para conocer la magnitud del descontento social que se vive y que una salida masiva puede despertar a una ciudadanía hastiada tras dos años de pandemia y una guerra que ha dejado a un país en ruina.

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