Cerrar

Un mes de guerra en Ucrania: un mes de colapso, caos e impotencia en La Moncloa

La legislatura se comenzó a derrumbar justo hace cuatro semanas. Un tsunami internacional que ha terminado por romper las costuras del Gobierno y desnudar a su presidente por completo.

Pedro Sánchez, este jueves en la Cumbre de la OTAN escuchando la intervención de Zelenski.

Publicado por

Creado:

Actualizado:

En España hace justo un mes, los barones del PP se encerraban con Pablo Casado en Génova 13 hasta bien entrada la madrugada en un tsunami político sin precedentes para pactar la salida del líder popular y la convocatoria de un congreso extraordinario.

Desde la barrera, cómodamente, Pedro Sánchez veía como su principal alternativa se enfrascaba en una batalla de alcance entonces indescifrable y dejaba al PSOE y la coalición Frankenstein el camino libre para seguir desarrollando su agenda populista y para repartir a su antojo el maná de los fondos europeos.


Pero, hace también un mes, prácticamente a la misma hora de la cumbre en el PP, Vladimir Putin comenzaba su invasion a Ucrania. Pedro Sánchez aún no lo sabía, pero su mandato iba a entrar en una fase de desmoronamiento absoluto.

Ahora, justo un mes después, el caos, la soledad, la impotencia del Gobierno y la falta de un plan creíble y de apoyos para aplicarlo ha convertido La Moncloa en un erial. Con un Sánchez noqueado y grogui. Con al menos cuatro frentes demoledores para el futuro abiertos en canal y con una inquietante y creciente sensación de que el barco de España navega a la deriva .

Las calles en pie de guerra

Nunca antes, ni siquiera en los momentos de la irrupción del movimiento 15-M y el nacimiento de la llamada nueva política, la indignacion ciudadana había alcanzado tales niveles. Lejos de protestas ideológicas, el incendio en las calles contra la gestión de PSOE y Podemos es ahora transversal.

La protesta de los transportistas y los autónomos, que alcanzará este viernes su día 11 se suma a la de los agricultores, ganaderos, pescadores, autónomos, taxistas, conductores de autobús, el mundo del campo...

Con perspectiva de prolongarse en el tiempo porque el imposible nivel de endeudamiento del Gobierno hace inviable el plan de choque fiscal y presupuestario que estas reivindicaciones ciudadanas reclaman.

Un Gobierno aislado y superado

Reconocen a ESdiario varios dirigentes socialistas que han hablado en estos últimos días con ministros del PSOE que todos ellos se confiesan "desbordados, hundidos, desnortados y superados" por los acontecimientos.


Pese a que Sánchez se escuda en la pandemia y en la guerra de Putin, el incendio en las calles señala directamente al Gobierno y su gestión en los últimos dos años.


Y más allá de la situación de Sánchez y su cisma total con Podemos, estas fuentes denuncian el pobre papel de la vicepresidenta económica Nadia Calviño. “Esta de perfil, no quiere saber nada”, se lamentan.

El "artefacto" argelino

En plena convulsión internacional agravándose día a día y con el IPC fuera de control impulsado por el precio del gas ruso, Sánchez ha sorprendido a propios y extraños con el importuno esperpento del Sáhara Occidental.

Sin consenso previo ni trabajo diplomático con Argelia, que era el mejor socio estratégico en el peor momento. Y de paso, Sánchez ha irritado también a China, de la que España depende para la mayor parte de su balanza comercial. Hecho el roto, cada día es más evidente que Moncloa no ha había calibrado las consecuencias de su improvisación del pasado viernes.

La irrelevancia internacional

En este último mes, y especialmente en la última semana tras la creciente protesta ciudadana, Sánchez lo ha fiado todo a su agenda internacional. Pero se ha plantado en Bruselas para recibir dos jarros de agua fría consecutivos: el enésimo desaire de Joe Biden (pese a que Sánchez será el anfitrión en verano de una cumbre de la OTAN decisiva) y el portazo de la Unión Europea a su plan de mutualizar la respuesta frente a la hiperinflación.

A Sánchez en Bruselas le comienzan a calificar de “Quijote”. En España directamente el clamor por su dimisión no deja de crecer ante el colapso total de la legislatura.