Lo que Yolanda se resiste a heredar: las guerras de Podemos por toda España
La salida de la diputada canaria Meri Pita es el último episodio de la crisis que gangrena al partido de Belarra. Que se suma a las de La Rioja o la bronca en Asturias.
Todos los partidos políticos tienen siempre disensiones o salidas de algún miembro crítico, pero cuando estos episodios se reproducen todas las semanas, es que el partido puede estar viviendo una crisis crónica de funcionamiento y liderazgos. Es lo que se produce en Podemos que no ha dejado de encadenar lío tras lío interno ante una debilitada dirección encabezada por Ione Belarra.
El portazo que ha pegado la diputada canaria Meri Pita, apoyado además por varios cargos institucionales y dirigentes podemitas del archipiélago, llevándose su escaño al Grupo Mixto y debilitando el grupo parlamentario que dirige Pablo Echenique, ha dejado en evidencia de nuevo las tensiones que vive el partido. El problema es que es el último episodio de una larga lista que está desangrando a Podemos.
Por cierto, que a Meri Pita se le están sumando voces en Podemos como la de la vicepresidenta tercera del Congreso, Gloria Elizo, que ha recalcado a los suyos que la marcha de su compañera canaria al Grupo Mixto por discrepancias con la dirección no es "transfugismo" y ha llamado a abrir al partido al disenso: "abrid los ojos y no miréis el dedo".
Si esta semana Podemos perdía sus diputados canarios en el Congreso -el otro, Alberto Rodríguez, está inhabilitado y su escaño sigue vacante-, la semana pasada la formación de Belarra y Montero decía adiós a su consejera en La Rioja y máximo cargo institucional en esa región.
El comité de garantías de Podemos decidió expulsar a Raquel Romero, consejera de Podemos en La Rioja y única diputada autonómica de la formación, y a otras cinco personas de su equipo, por el incumplimiento de no donar parte de su salario. Más allá del tema del sueldo, la dirección de Podemos tenía tensiones internas con Romero y su círculo.
Esta excusa de no donar parte del sueldo, por cierto, también se ha puesto con los críticos de Podemos en Canarias que apoyan a Meri Pita, a los que se les acusa también de querer formar otro partido.
A los episodios de Canarias y La Rioja se suma la polémica de las primarias en Asturias, que acabaron con la victoria por los pelos de Sofía Castañón, la candidata elegida por Belarra, pero en medio de acusaciones de “guerra sucia”, “prácticas corruptas”, “chantajes” o “amenazas de purga”. La cuestión es que Podemos en Asturias ha quedado en total guerra civil y partido por la mitad.
Y mientras esto ocurre, el proyecto de Yolanda Díaz que debía revitalizar el espacio a la izquierda del PSOE con una gran plataforma sigue ralentizándose y deshinchándose. La vicepresidenta segunda del Gobierno, que había anticipado la primavera como la fecha de lanzamiento de su plataforma, ahora la pospone con el pretexto de la crisis de la guerra de Ucrania.
Esto, la larga espera en algo que no acaba de materializarse junto a los pobres resultados en elecciones como las de Castilla y León, desespera en Podemos como verbalizó la portavoz Isa Serra, que pidió a Díaz que su proyecto se “lance pronto porque es más importante que nunca”. Aunque la vicepresidenta se resiste a heredar este avispero.