Sanidad vuelve a endosar a ciudadanos y empresas otro "caos de las mascarillas"
Sánchez ha tardado minutos en apuntarse como un éxito el decreto que acaba con la obligatoriedad del cubrebocas. Pero la resolución es un auténtico "galimatías".
Grandes empresas, pymes, autónomos y ciudadanos particulares tendrán que leerse a pies juntillas el real decreto aprobado este martes por el Gobierno para saber dentro de 24 horas cuando usar la mascarilla en interiores a partir de ahora. Porque, una vez más, Pedro Sánchez se ha anotado el tanto pero ha endosado a los demás la puesta en práctica de la medida.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha asegurado tras el Consejo de Ministros que se trata de "un día importante en el que se siguen superando etapas" de la pandemia, que comenzó hace ya más de dos años.
"Es un paso más en la evolución de la pandemia. La Covid sigue entre nosotros, pero evoluciona de manera positiva y los indicadores marcan un nivel bajo con carácter general, estable en la mayoría del territorio. Seguimos avanzando desde la prudencia pero también desde la progresividad", ha apuntado.
Darias ha insistido en que es el "momento oportuno" para tomar esta medida "muy meditada": "Nos encontramos en un contexto epidemiológico favorable que permite la flexibilización del uso de las mascarillas. Está motivada por la altísima cobertura vacunal de nuestro país, que ha cambiado las características de la pandemia. Y la gravedad de la enfermedad ha descendido de manera importante por el impacto positivo de las vacunas".
Además, la ministra ha defendido la retirada de las mascarillas sin esperar a ver el impacto de la Semana Santa en la evolución de la pandemia. "Hace un año teníamos un 21 por ciento de ocupación de UCI y hoy es del 4 por ciento. Ha podido haber alguna oscilación en la incidencia pero no se ha producido un elevado incremento en la ocupación hospitalaria. Es una medida de acuerdo con las personas expertas de la Ponencia de Alertas y contó con la práctica unanimidad de los miembros del Consejo Interterritorial".
La "gymkana" del decreto
En cualquier caso, los españoles aún no se desprenderán del todo de la mascarilla, ya que seguirá siendo obligatoria en determinados ambientes, "en razón de la vulnerabilidad" de las personas que los suelen ocupar.
Por ejemplo, habrá que seguir llevándola en centros, servicios y establecimientos sanitarios, como hospitales, centros de salud, centros de transfusión de sangre o farmacias. En los hospitales, sin embargo, las personas ingresadas estarán exentas de llevarla cuando estén en su habitación.
La mascarilla en interiores también se deberá llevar en centros sociosanitarios como residencias de mayores, aunque no será obligatoria para los ancianos pero sí para los trabajadores y los familiares que realicen visitas.
Igualmente, la mascarilla aún será obligatoria en transporte aéreo, ferrocarril, cable, autobuses y cualquier tipo de medio público. En los barcos, se deberá llevar cuando "no se pueda mantener la distancia de 1,5 metros".
Eso sí, Darias ha sido tajante para afirmar que la mascarilla "no se usará en ningún caso en ambientes escolares". "Ya no era obligatoria en recreos y ahora tampoco lo será en todos los ámbitos de los centros educativos", ha sostenido.
La empresas, obligadas a decidir
En el entorno laboral, de la misma forma, "no resultará obligatoria con carácter general". Darias ha puntualizado, no obstante, que los responsables de prevención de riesgos laborales de las empresas podrán acordar su uso "en función de la evaluación de riesgo del puesto de trabajo". Aunque en el limbo quedan aquellas empresas familiares o autónomos con empleados que carezcan del citado departamento.
Tampoco será obligatoria ni en interiores ni en exteriores en partidos de fútbol o baloncesto, aunque la ministra ha aconsejado un "uso responsable" en este tipo de eventos masivos.
Pese a esta retirada "con carácter general" de la mascarilla, Darias ha recomendado un "uso responsable" en población vulnerable como mayores de 60 años, personas inmunocomprometidas, con alguna enfermedad de riesgo importante, embarazadas o profesorado con algún factor de vulnerabilidad. También es recomendable en eventos multitudinarios, aglomeraciones y en reuniones privadas cuando haya presentes personas vulnerables.