Moncloa fuerza a UGT y CCOO a un pacto de no agresión para un 1 de Mayo plácido
El Gobierno pacta con Álvarez y Sordo un Día del Trabajo centrado en el no a la guerra y el cordón sanitario a Vox como trampantojos para no erosionar a Sánchez con la crisis y la inflación.
Como en esas series distópicas tan de moda ahora en las plataformas televisivas, UGT y Comiones Obreras han decidido en plena crisis económica luchar contra un Gobierno que aún no existe: el que podrían formar PP y Vox dentro de año y medio, a finales de 2023, y siempre que los españoles así lo decidan en las urnas.
Más aún, en plena sacudida de la inflación, con los salarios de los trabajadores, familias y los pequeños autónomos carcomidos por los precios disparados y fuera de control, los sindicatos van a dedicar el simbólico 1 de Mayo a Vladimir Putin y al cordón sanitario contra el partido de Santiago Abascal.
Y es que, según reconocen a ESdiario fuentes sindicales, Moncloa y el Ministerio de Trabajo llevan semanas engrasando un “pacto de no agresion” para evitar una mayor erosión de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz sobre todo ante sus bases, y en un momento en que las encuestas ratifican una deserción de muchos de sus antiguos votantes.
El ensayo general de lo que va a suceder en las calles españolas dentro de apenas 10 días lo han dado los dos líderes sindicales en estas últimas 24 horas. Tanto Pepe Álvarez como Unai Sordo centraron su primera reunión con Alberto Núñez Feijóo este martes no para debatir el plan del nuevo líder del PP para aliviar las estrecheces que atraviesan los asalariados y autónomos, sino para exigirle que se sume sin condiciones a ese cordón sanitario contra Vox que impulsa Sánchez -y conviene- a él y sus aliados de Frankenstein.
Moncloa ha cultivado todos estos meses a los líderes de UGT y CCOO. Como en este desayuno a los que Sánchez invitó.
Y para dar portazo sin análisis alguno al plan de Feijóo para poner en los bolsillos de la clase media miles millones de euros. En este aspecto, UGT y CC.OO en coordinación con Félix Bolaños y Yolanda Díaz, ejercerán el Día del Trabajo de mera correa de transmisión de la estrategia de La Moncloa.
Si habrá, según las fuentes consultadas, alguna crítica al pacto de rentas que ha propuesto la vicepresidenta Nadia Calviño y que ha hecho suya en algunas declaraciones el propio Sánchez. Pero lejos de centrar sus críticas en el Gobierno, los sindicatos van a arremeter una vez más contra los empresarios, a los que acusan de tratar de vetar los convenios sectoriales que UGT y CC.OO pretenden aprovechar para exigir una subida salarial que expertos y organismos internacionales ponen en cuarentena.
Subvenciones y fondos europeos
Los dos sindicatos llevan años comprobando cómo los trabajadores desertan de la celebración del 1-M. Más aún cuando en Moncloa no gobierna el PP contra el que el mantra de los “recortes” ha servido para convocar en la capital a más número de gente, en muchas ocasiones movilizados desde otras Comunidades Autónomas en autobuses.
Por eso, este año con el auxilio del Gobierno, Álvarez y Sordo pretenden usar el cóctel de no a la guerra de Ucrania y la estrategia del “que viene la ultra derecha” para desviar el foco de la crisis económica y social que ha provocado la gestión dd la coalición que lidera Sánchez.
Como ha venido informando ESdiario, Yolanda Díaz ha otorgado en los últimos dos años desde el Ministerio de Trabajo y desde que llegó al cargo en enero de 2020, más de 30 millones de euros de subvenciones a UGT y CCOO. Esto supone casi el doble de subvenciones de las que otorgaba el mismo ministerio cuando estaba en manos socialistas (con Magdalena Valerio) con la llegada de Sánchez a la presidencia del Gobierno.
Además, Álvarez y Sordo tiene el compromiso de Moncloa para recibir tajada de los fondos Next Generation de la Unión Europea, el rescate aprobado por Bruselas para la recuperación de la pandemia.
En total 42 edificios de UGT y Comisiones Obreras, se verán beneficiados de reformas de todo tipo, las principales de acondicionamiento en “eficiencia energética”, con una financiación pública de más de 100 millones de euros. Visto lo visto, una entente cordial muy provechosa para ambas partes.