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Sánchez se encadena al extremismo y se condena a un año de agonía

'Frankenstein' se desangra. El caso Pegasus ha terminado por dinamitar la coalición parlamentaria que sostenía al Gobierno dejando la legislatura en el alambre.

Sánchez habla con Bolaños, este jueves en el Congreso.

Publicado por
Yolanda Lorenzo

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La negativa de Pedro Sánchez a modificar su decreto anticrisis para incluir alguna de las propuestas del PP como la bajada de impuestos le ata para siempre al extremismo. El presidente del Gobierno ha dejado pasar la oportunidad de agarrar la mano tendida de Alberto Núñez Feijóo y ha rechazado su plan de país, quedando rehén de unos socios que ya le han declarado la guerra por el presunto espionaje, lo que le aboca a vivir lo que le queda de legislatura con el agua al cuello, ya que las cuentas en el Congreso cada día las tiene más complicadas.

El primer aviso llegó con aprobación 'in extremis' de la reforma laboral y el segundo ha llegado este jueves, una vez que ha quedado más que claro que las relaciones entre ERC y el Gobierno están prácticamente rotas pues los independentistas quieren en bandeja de plata la cabeza de Margarita Robles, algo a lo que Sánchez se ha negado en rotundo respaldando a la ministra. Fuentes del Gobierno han señalado que Robles "no ha hecho nada malo" y por tanto "no se puede ofrecer la cabeza de un ministro por hacer su trabajo".

Bildu ha sido esta vez el que ha salido al rescate del presidente, ya que a los 154 votos de PSOE y Unidas Podemos (un voto menos por el escaño no repuesto tras la inhabilitación de Alberto Rodríguez, pero contando con el apoyo de Meri Pita, que se ha pasado al Mixto), han confirmado su apoyo junto con los abertzales (5), el PNV (6), el PDeCAT (4), Más País-Equo (2), Compromís, Nueva Canarias, el PRC, el BNG y Teruel Existe, hasta un total de 176 votos. Una mayoría pírrica que le condena a estar negociando permanentemente y cediendo ante Otegi.

"Aprobaremos este decreto por la gente, no por el Gobierno", ha dicho en su intervención la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, que ha explicado su voto como "un ejercicio más de responsabilidad" y ha exigido a Bolaños que esto sea "mutuo": "Espiar a quienes permitimos que este Gobierno avance no es ni tenernos respeto ni mostrar responsabilidad", ha dicho.

Para Ferrán Bel, del PDeCAT, la votación del decreto ley suponía una reedición de la reforma laboral, que una mayoría de grupos quería ver convalidada pero que diferentes motivos quiere que sean otros los que la saquen adelante. Otras formaciones, como el PNV o el PRC han defendido la necesidad de las medidas, pero le han exigido al Gobierno más responsabilidad a la hora de atar sus apoyos.

La falta de apoyos deja a Sánchez en el alambre

Y es que, precisamente la falta de apoyos se convierte ahora en el principal problema para Sánchez, que siempre ha sostenido que agotará la legislatura, aunque a la vista de su historial a la hora de decir una cosa y la contraría, ya no se descarta que pueda dar luz verde a un adelanto electoral.

De hecho, ERC ya avisó que bloqueará la agenda legislativa del Gobierno si no se asumían responsabilidades por el espionaje del caso Pegasus y así ha sido. Incluso desde la tribuna la diputada Montserrat Bassa ha criticado las supuestas escuchas del sistema informático 'Pegasus', cuestionando "la democracia plena" de España: "Si quieren conocer qué vamos a votar, pregunten al CNI o a la ministra Robles", ha espetado.

"Los independentistas no pueden regalar la estabilidad a un Gobierno que nos espía", ha abundado también Miriam Nogueras, de Junts, tras exigir una comisión de investigación sobre este caso y la apertura de diligencias para esclarecer lo acaecido.

Mientras tanto, Podemos sigue jugando a dos bandas con el único fin de mantenerse en el Consejo de Ministros, pues a la vez que apoya al Ejecutivo del que forma parte, pide la cabeza de uno de sus miembros.

Tildando de "vergüenza democrática" las supuestas escuchas, el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique ha agradecido la "responsabilidad" de grupos que, pese a contar con políticos afectados en este caso, han decidido apoyar el decreto o se han planteado hacerlo, pese a no hacerlo. "Espero que el Gobierno también demuestre esa responsabilidad. Ser progresista también es defender la democracia", ha dicho, dirigiéndose personalmente a Bolaños.

Así, Sánchez encara lo que le queda de legislatura con un ambiente enrarecido. 'Frankenstein' se despedaza a pasos agigantados y el Gobierno solo pone parches que a veces contentan a sus socios y a veces no. Esta vez, parece que la entrada de los separatistas en la Comisión de Secretos Oficiales ha sido suficiente para Bildu, -que por otra parte ya tiene amarrado al Gobierno en lo que a los presos de ETA se refiere-, pero no para ERC que quiere más y ya ha dejado claro que a partir de ahora a Sánchez le espera una auténtica agonía.