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El "agujero" en la seguridad de Sánchez deja a España muy comprometida

Sólo el presidente y la ministra saben la información que les han robado tras intervenir sus teléfonos, pero esos datos pueden ser una bomba de relojería en manos de enemigos.

Sánchez y Bolaños han servido en bandeja la estrategia renovada de "Frankenstein".

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Mal deben de ir las cosas cuando un Gobierno publicita que es incapaz de garantizar su propia seguridad y ha tenido una brecha por la que alguien ha entrado en los teléfonos móviles del presidente y de la ministra de Defensa para robar datos.

¿Se imaginan encontrarse en el periódico con un sucedáneo del “Rubi” y “Geri” de Rubiales y Piqué, pero con las conversaciones o vídeos de Pedro Sánchez y Margarita Robles?

¿O que nos enterásemos de que ciertas decisiones políticas en materia exterior se han adoptado, no por interés de Estado, sino para evitar que vieran la luz informaciones comprometidas de nuestros mandatarios?

No digo que ello vaya a ocurrir, y deseo que nunca se produzca algo así, pero tal hipótesis está en estos instantes sobre la mesa. Es un tema muy preocupante. La imagen de inseguridad que se ha transmitido no puede dejar a nadie tranquilo. Además, habrá creado estupefacción en el mundo mundial. España es un país serio. Lo era, al menos.

¿De verdad será Sánchez capaz de aguantar sin convocar elecciones? ¿Hasta cuándo? ¿Diciembre de 2023?

Pues desde que el sanchismo habita en La Moncloa, el Consejo de Ministros, más que resolver problemas de los españoles, coloca los suyos en primer plano. Cuando no son trifulcas entre ministros, son campañas partidistas lanzadas desde la sede gubernamental u ocurrencias para tapar un roto mediático o crisis de seguridad como esta de los teléfonos móviles o la creada hace un año con Marruecos por introducir en España, de tapadillo y con identidad falsa, a Brahim Ghali, líder del Frente Polisario.

Moncloa ha sido capaz de poner patas arriba el CNI en el momento más inoportuno para que Sánchez se atornille al sillón.

Reconozcámoslo, tenemos un Gobierno que resuelve pocos asuntos reales que preocupan a los españoles y, encima, protagoniza desaguisados permanentemente. ¿De verdad será Sánchez capaz de aguantar sin convocar elecciones? ¿Hasta cuándo? ¿Diciembre de 2023?

Ya lo sé, es una prerrogativa del presidente… Y sus socios de investidura tienen tanto miedo a que se abran las urnas como él mismo. Si por ellos fuera, alargarían este chicle aunque haya perdido todo el sabor.

Al final, para aliados como Podemos, ERC o Bildu, cuya mayor obsesión es cambiar nuestro sistema político, tener en La Moncloa a un jefe del Ejecutivo débil es una bendición. Otra cosa muy diferente es si España, en el momento que vivimos, puede permitirse estar en estas manos. En mi opinión, no.

Y cuanto antes se abran las urnas será mejor para todos. Pero, ya se sabe, enfrente hay un líder socialista que desde que consiguió el poder ha sido capaz de usar todos los medios a su alcance para no dejarlo escapar.

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