Moncloa cierra con el CNI el círculo de deterioro de las instituciones básicas
Con el streaptease este jueves del centro de espionaje se culmina un demoledor calendario que ha erosionado a la Corona, el Poder Judicial, las Cortes Generales y la Fiscalía, entre otros.
Cuando este jueves la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, se someta al interrogatorio -Frankenstein pretende un linchamiento- en la Comisión de Secretos Oficiales, se habrá cerrado un círculo: el del deterioro total y la exposición máxima de todas las principales instituciones del Estado desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, aupado por la moción de censura contra Mariano Rajoy.
Porque los servicios secretos, abiertos ahora en canal por la impericia o el oportunismo del PSOE, han sido los últimos en sufrir un desgaste de consecuencias impredecibles por el que ha pasado la Monarquía, las Cortes Generales, el Poder Judicial, la Fiscalía General, la Abogacía del Estado o el propio Tribunal de Cuentas.
La Monarquía acosada
Si hay un pilar del sistema constitucional que se haya convertido con Pedro Sánchez en el pim pam pum del Gobierno ese ha sido la Corona. Con algunas decisiones inéditas decididas en última instancia por el propio presidente. La primera, la salida de España del Rey Juan Carlos, presión mediante a La Zarzuela.
Felipe VI, en un Consejo de Seguridad Nacional en Zarzuela junto a Sánchez e Iglesias.
No menos grave fue la irrupción del Ejecutivo en la agenda propia de Felipe VI cuando se vetó su presencia en un acto judicial en Barcelona -la entrega de diplomas a los nuevos miembros de la carrera- porque irritaba a los socios de Sánchez.
El líder del PSOE también ha contribuido a dañar la imagen de la Jefatura del Estado con un catálogo de viajes, actos y gestos que parecían una usurpación desde la Presidencia de las atribuciones propias del Monarca.
El Poder Judicial amenazado
Si en algún despacho saben bien hasta qué punto la acción gobernamental ha erosionado el crédito de una institución clave en el Estado es en el del presidente del Poder Judicial. Y es que Carlos Lesmes las ha visto venir de todos los colores tanto en el CGPJ como en el Tribunal Supremo.
Sánchez, junto Carlos Lesmes, presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo.
Desde una reforma para liquidar de forma exprés la forma de elección de los vocales del CGPJ, hasta una ofensiva brutal desde uno de los dos socios del gobierno para socavar y amenazar la independencia de los jueces y magistrados que han osado investigar las corruptelas y escándalos de Podemos y del resto de socios del PSOE.
Parlamento ninguneado
Reflejan bien dos datos hasta qué punto el Parlamento ha sido orillado y ninguneado por Sánchez. Que el Tribunal Constitucional haya decretado inconstitucional su cerrojazo durante el estado de alarma, y que el actual gobierno ha batido todos los récords de la historia democrática legislando a golpe de decreto.
Por no mencionar la estrategia permanente de reducir al mínimo las comparecencias del presidente en el Congreso y Senado, el boicot al Debate de la Nación o al flagrante partidismo de Meritxell Batet escorando a la Cámara al servicio de Moncloa. La reforma exprés para dar entrada a Bildu en la Comisión de Secretos Oficiales ha sido el último ejemplo.
La Fiscalía intervenida
Otro paradigma de la estrategia de deterioro de las instituciones claves en el funcionamiento de la división de poderes es lo sucedido en la Fiscalía y la Abogacía General del Estado.
El trasvase de Dolores Delgado del Ministerio de Justicia al Ministerio Público provocó bochorno y hasta el rapapolvo de Bruselas. "¿De quién depende la Fiscalía?: del Gobierno. Pues eso". Resumió gráficamente Sánchez en una entrevista en Radio Nacional.
Y las intromisiones y purgas en los Servicios Jurídicos del Estado para favorecer que los indultos a los líderes del procés han sido denunciados desde dentro en innumerables ocasiones.
CIS y RTVE, bajo mínimos
Aún no formando parte del núcleo duro de la armadura institucional de España, el CIS y RTVE en su condición de organismos públicos tampoco se han librado del descrédito y la aluminosis provocadas por Sánchez y sus socios.
La ahora fiscal general del Estado en un mitin del PSOE.
Lo del centro demoscópico oficial manejado a su antojo por el socialista José Félix Tezanos es de tal magnitud que son varios los sociólogos de prestigio que han exigido al próximo presidente del Gobierno que, o lo cierre definitivamente, o lo someta a una reconversión integral que lo devuelva a su profesionalidad apolítica e independencia absoluta de La Moncloa.
En parecida tesitura se encuentran los medios de comunicación públicos. Hasta el punto que Sánchez aplicó un 155 a TVE para colocar a dedo y con un decreto ilegal a Rosa María Mateo con los resultados conocidos: hundimiento de la audiencia y de su credibilidad.
La Seguridad Nacional en almoneda
Y ahora el CIS, el último baluarte del Estado de Derecho y de la defensa de los más sensibles intereses de la Seguridad Nacional es el que se suma a la almoneda en la que han dodo colocadas todas las instituciones arriba referidas.
Y Sánchez se dispone a fulminar a una jefa de los espías con fama de eficaz, discreta e independiente para entrar al asalto con las peores compañías posibles para el organismo.
Queda por saber el alcance del cierre de este círculo perverso. Lo único cierto es que el sustituto del líder del PSOE en La Moncloa se va a encontrar un auténtico erial.