El PSOE reincide: su tercer director del CNI que sale por la puerta de atrás
Manglano tuvo que ser fulminado por Felipe González ante la dimensión del terremoto de las escuchas. A Zapatero, Sáiz le salió rana. Ahora le llega el turno a Sánchez. No hay dos sin tres...
Suele decir el viejo saber popular que un error puede ser casualidad, dos mala suerte , pero que tres son, sin duda, reincidencia. Este paradigma puede aplicarse a la perfección a la convulsa relación entre el PSOE y los servicios secretos españoles a lo largo de su historia.
Con el cese este martes de la directora general del CNI, Paz Esteban, con rango de secretaria de Estado, es la tercera jefe del espionaje nombrada por un presidente socialista que abandona su cargo por la puerta de atrás.
Felipe, Manglano y el colapso final del CESID
En junio de 1995, Felipe González despidió con “con sentimiento” al teniente general Emilio Alonso Manglano. Toda una institución y un factotum en el entonces CESID, Manglano no pudo salvarse de una cadena brutal de escándalos de escuchas ilegales, guerra sucia y fuga de información que acabó en la decisión del entonces ministro de Defensa, Eduardo Serra, de cobrarse su cabeza.
Emilio Alonso Manglano, todo un jefe del CESID en el banquillo de la Justicia.
Zapatero, Bono y el "amateur" enchufado
La situación se replicó en julio de 2009. En la Moncloa no estaba Felipe sino Jose Luis Rodríguez Zapatero.
Y en Defensa, el Serra era José Bono. Tras divulgarse varios escándalos y guerras internas, incluida una insólita rueda de prensa para revelar en público que el CNI tenía un agente doble al servicio de Rusia, a Alberto Sáiz Moncloa le enseñó la puerta de salida tras ser cazado usando medios de La Casa para su uso y disfrute personal.
Alberto Sáiz, otro "superespía" defenestrado por el PSOE. (Foto El Mundo)
Sánchez y el "caballo de troya Frankenstein"
Y ahora, por tercera vez, con Pedro Sánchez en La Moncloa, el CNI revive las etapas de caos, líos y guerras de clanes. Y que cuestan la cabeza a Paz Esteban , una respetada veterana que se ganó su fama de eficaz y discreta durante una larga carrera.
Hasta que se ha topado con Frankenstein. Y con las urgencias del presidente del Gobierno más débil de la democracia.
Paz Esteban, la tercera jefa del espionaje conducida al "cadalso" por un gobierno socialista.